Visiones desde el Sur

Endogamia (y II)

¿En qué erróneas personas hemos depositado el control de nuestras vidas y haciendas?

Pero, dicho lo anterior, en donde asumimos que todo partido que se ha presentado a las elecciones y que haya obtenido una representación en ayuntamientos, comunidades autónomas, o los parlamentos español o europeo -cuya representación es legítima y democrática, iteramos, porque así lo ha decidido la ciudadanía-, ahora nos encontramos, decía, con el siguiente galimatías: a) Un enredo monumental de la derecha toda por los pactos establecidos entre PP y Ciudadanos por un lado, a cuenta de los establecidos por el PP con Vox. b) Una maraña indescifrable entre los posibles pactos entre el PSOE y Unidas Podemos, que, además, necesitarían de apoyos por parte de grupos independentistas, al menos a nivel nacional. c) El cierre de filas de Ciudadanos en torno a su ausente líder, el Sr. Rivera, no ya para pactar algo, sino, para reunirse siquiera con el PSOE con el objetivo de hablar, aunque sea del tiempo, a pesar de la cascada de dimisiones dentro de un partido que nació con un espíritu liberal y para cubrir un espacio en el centro derecha político de este país, que, a día de hoy, parece sumido en un caos laberíntico y no encuentra el hilo para salir del mismo. d) La desastrosa brújula -que pareciera haber perdido el imán que la gobernara- manejada por el PP, porque, después de que su flamante líder, el Sr. Casado, se escorara aún más a la derecha para cerrarle hueco a VOX, ahora, resulta difícil, muy difícil resetearla para volver a las posiciones de centro, porque, el rumbo de un barco, necesita el tiempo necesario para virar y no hay varita mágica que pueda resolver la tal cosa de un día para otro como se pretende. De ahí sus pésimos resultados electorales, como no puede ser de otra manera.

Y, por último, y esto es válido para todo el arco electoral, la ciudadanía está harta de maniobras tácticas provenientes de unos y de otros y lo que desea, casi con clamor, es que los políticos dejen de discutir y gobiernen. Así de simple. Que gobiernen. Que se pongan de acuerdo. Que lleguen a convenios útiles de una vez. Porque si se da la paradoja, y hay posibilidades de ello, de que no se puede constituir un Gobierno en España y tenemos que volver a las urnas, la pregunta resultante es la siguiente: ¿en qué erróneas personas hemos depositado el control de nuestras vidas y haciendas, si las mismas no son capaces -por ineptitud o intereses espurios- de componer un Gobierno que nos represente?

Contéstese a placer.

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