No sé qué le sucederá a otras personas que escriban con regularidad en cualquier medio pero lo cierto es que, al menos a mí, me resulta incómoda la elección del correspondiente tema, en ocasiones por ausencia de cuestiones de interés o de conocimiento para dar una opinión mínimamente fiable o, por el contrario, y más frecuente, por el exceso de elementos para elegir, la rapidez de aparición y superación de las noticias, lo que dificulta la selección de las mismas para exponerlas.

En base a esto, hoy podría referirme a las patéticas, por sesgadas y demagógicas, por mucha profesión de fe en su sinceridad que haga doña Susana Díaz en sus declaraciones postvacacionales. Comenta, como le corresponde en su labor opositora, la crisis alimentaria andaluza y finaliza -tras no responder a cuestiones estrictamente políticas- alabando el papel de los profesionales sanitarios, justo aquellos a los que olvidó, maltrató laboralmente, desprestigió de forma indirecta con sus directrices políticas, organizativas y estructurales, creó auténticas castas dirigentes, minimizó la autonomía de decisión de esos profesionales… Ahora quiere convertirles en héroes porque así se reconocerán las bondades del sistema en el que ella se ubica como propietaria, además de volver al discurso de la salud de los ciudadanos. Cuando quieran hablamos de los recortes, listas de espera, plantillas, prescripciones, crecimiento doble afiliación público-privada, fuga de profesionales…

Como quiero ser constructivo, hago una propuesta para defender a los profesionales. Súmense desde su grupo parlamentario, y en coordinación con el SAS, Sindicato Médico, Colegios Médicos, colectivos médicos como Basta ya…, en la denuncia y petición de sanción a los responsables del acoso y presión, rozando el secuestro, de la doctora saliente de guardia en El Garrobo, con averiguación del papel jugado por el alcalde de la localidad. Cuando haga este tipo de gestos, serán creíbles sus discursos. Lo que pasa es que son conscientes en su partido que lo sucedido es secuela de un modelo estructural sanitario diseñado en función del clientelismo político y no con criterios de realismo asistencial, con lo que debemos concluir que tienen parte de responsabilidad en el incidente. Así, les emplazo, pues, a unirse en la defensa oportuna con las exigencias legales de sanción a los instigadores de la retención de la médico de familia en ese pueblo.

Como verán, he pretendido ser constructivo antes que agrio porque en mi etapa política me imbuí de sentido institucional y en mi trayectoria profesional fui absolutamente leal, aun con notorias discrepancias a mi empresa, que era el SAS, y siempre respeté. Un respeto que deben ganarse ahora que, "como buenos demócratas", deberán ejercer con una leal oposición.

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