Adivina, adivinanza… ¿Qué es lo primero que hacen los Gobiernos (españoles) cuando ganan unas elecciones?: "¡Redactar una nueva ley educativa!". Adivina, adivinanza… ¿Cómo se redacta una nueva ley?: "Anulando todo lo que implantó el gobierno anterior". Evidentemente, después de 50 años de "Quito y pongo leyes", cada 8 años de media y siguiendo la filosofía de "Atacar es ganar", ¿Qué se puede esperar? Mientras siga este pulso partidista que prefiere el fracaso del otro antes que el éxito propio, la educación en España será muy difícil que progrese y los éxitos alcanzados, se deben más al empeño y tesón del profesorado que a las condiciones legales y materiales con las que se cuenta.

En este contexto, no deja de ser curioso y llamativo cómo la supuestamente "hermana pobre" de nuestra Península, Portugal, ahí calladita, dando pasos pequeños, pero firmes, hacia el progreso y sin hacerse propaganda a sí misma, está remontando el vuelo y se ha situado en un puesto tan sorprendente como privilegiado en Pisa. ¿Y si se aprendiese un poco de los vecinos? Portugal, después de constatar que el aprendizaje memorístico no es útil, decide cambiar de estrategia, olvidarse de los temas de toda la vida y trabajar contenidos procedentes de varias asignaturas. Se trata de lo que ahora llaman ámbitos.

Ocurre que mientras los países destacados en educación se interesan sobre todo por el cómo aprende el alumnado, en España importa más el qué se aprende y el quién lo enseña. Existe una tendencia, entre algún sector del profesorado, de "adueñarse" de la asignatura que imparte; y claro, como es "suya" mira suspicaz a su alrededor no sea que alguno "se la quite". ¿Cómo permitir que mi asignatura la dé otro docente? Por otra parte, una cosa en enseñar Matemáticas y otra, el saber cómo enseñarla. Evidentemente, habrá contenidos singulares para ser impartidos por un especialista, pero para 1º de ESO ¿hace falta ser doctor en matemáticas?

La historia se repite. Los gestores de la educación diseñan modalidades de enseñanza y de aprendizaje que el profesorado ni conoce ni está preparado para abordarlas, pero es que la formación necesaria resulta que es voluntaria…

¿Qué se puede esperar? Tenemos suficientes experiencias ya como para empezar a tener miedo de cómo se gestionarán los espacios, cómo se confeccionarán los horarios, como se coordinará el profesorado… ¿Aprovecharán los gestores para reducir plantilla? ¿Cuánto tiempo durará la Lomloe? Se admiten apuestas.

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