Visiones desde el Sur

Disquisiciones (V)

Es necesario vivir instalado en la incredulidad de lo que se nos dice y de lo que se nos cuenta

La intencionalidad de lo que un político busca con sus acciones -o un grupo de ellos asociado bajo unas siglas determinadas, incluyendo sus alianzas estratégicas- las más de las veces no es la que se nos explica o se nos vende. Al menos no en su totalidad. Hay una buena parte que queda sumergida como un iceberg y que jamás conoceremos excepto con el paso del tiempo, en su mejor caso.

Los hechos, la veracidad, se pierden ante la marea continua de acontecimientos que, una tras otra, solicitan la atención mediática y a posteriori conforma la opinión pública a golpe de tendencias. Es decir, el ruido nos ensordece de tal manera que la verdad se nos escapa. Siempre. Pero esto ha sido así en cualquier tiempo y lugar, nada nuevo estoy manifestando.

Pero pondré un par de ejemplos que ahora, a mi humilde entender, nos tiene obnubilados a todos.

Quiénes de los lectores que ahora pasan sus ojos por esta columna, recuerdan -y no ha transcurrido ni un mes en que fueran las únicas noticias relevantes- las decenas de casos de corrupción en las que estaban -y lo están- inmersos los líderes de la antigua Convergència i Unió. Es decir, esos de los que deben responder Puigdemont y su padre y su abuelo político: los honorables también Artur Mas y Jordi Pujol, así como una ristra de personajes que han utilizado el espacio público en beneficio personal, familiar o sectorial, con el robo a mano armada del 3% en cada contrato asignado por la Generalitat. ¿Quiénes? ¿Cuántos?

Y por otro lado ¿cuántas personas tienen en mente la ristra de casos de corrupción cometidas por los líderes del PP en beneficio propio o para alimentar la maquinaria electoral del mismo, pagando con concesiones públicas amañadas y dadas a grupos empresariales, bancarios o financieros afines? ¿Quiénes? ¿Cuántas?

Hay un viento generado por los dioses menores que nos pastorean como si fuésemos ganado: borregos que se llevan y se traen a su exclusivo e interesado albur.

Por eso la ciudadanía debe inquirirse, preguntarse continuamente, qué narices hay de verdad en todo este galimatías de la independencia de Cataluña. En definitiva, es necesario vivir instalado en la duda y en la incredulidad de lo que se nos dice y de lo que se nos cuenta.

Y por último, miren: quiero dejar por escrito que yo, Paco Huelva, exijo ir a votar con mi DNI, en un referéndum legal en toda España, si Cataluña debe irse o no de España. Y luego, acataré los resultados con arreglo a Ley.

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