Este Día de la Mujer de 2021 ha conseguido sorprender a todos y diferenciarse tanto en la disciplina seguida por las manifestantes, como en el trabajo que se tomó la organización para mantener la necesaria distancia de seguridad. Claro que esta actitud de colaboración y participación no fue suficiente para impedir que un grupo de mujeres se acercase a la concentración con actitud retadora, cantando el Cara al sol a voz en grito, o que las agredidas se defendieran, o que se atacase a un grupo de manifestantes con spray de pimienta, o que se le impidiese a Montero dar una charla sobre la efeméride, acusada de adoctrinamiento.

Evidentemente son excepciones, pero que acreditan que no solamente no se ha alcanzado esa igualdad, ampliamente demandada, sino que incluso existen sectores que se oponen a ella abiertamente o, al no atreverse a hacer pública su actitud, culpan de la desigualdad a ese ente indeterminado y abstracto que llamamos sociedad: una sociedad colmada de opinadores que carecen de opinión propia y saturación de ellas sin autoría conocida. Una sociedad que tantas veces se tapa ojos y oídos, porque es más cómodo el "no saber". Una sociedad amamantada a través de la intolerancia y que, rizando el rizo, se cree en posesión de la verdad. Por todo ello, y conociendo cuántos miles de Días de… existen que son inútiles, que no despiertan conciencias o que no ceden ante una opinión ajena, invita a pensar: ¿Y si ya existe el Día Mundial de la Tolerancia, no sería más oportuno que se estableciese un Día del Respeto?

Un día que tuviese como protagonista al respeto sería una jornada no de celebración sino de condena hacia los que no atienden ni escuchan a los demás y cuidan, exclusivamente, sus propios intereses. En este contexto, en el que la mayoría de las veces se convierte en imposible tolerar a los intolerantes, apareció el eslogan "tolerancia cero". En este sentido, Popper, el filósofo austríaco, no dudó en afirmar que "para mantener una sociedad tolerante, la sociedad tiene que ser intolerante con la intolerancia". Porque viviendo en una sociedad democrática y comprometida con el bien común estamos obligados a echar el freno ante ella y convivir con el hecho de que todos somos diferentes.

Más que una inadmisible tolerancia, necesitamos un Día del Respeto, un día que nos recuerde que estamos obligados a intentar comprender a los que son diferentes a nosotros y a plantear la diversidad (cultural, sexual o educativa) como una riqueza.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios