Epifanía. Gozo y alegría de una fecha que llena de liturgia es a la vez milagro de ilusiones infantiles. Esta madrugada fue una pura fantasía para los pequeños y una íntima evocación de amor para los mayores que también se envolvían en ese manto misterioso donde tres figuras de eternidad se hacían realidad en los corazones.

Ha sido una noche de intrigas de sueños, de oír pisadas de inquietos camellos por las calles de la ilusión, de abrirse puertas en los dormitorios de los más pequeños para que tres Reyes de distintas etnias dejaran sus miradas y sonrisas en la penumbra. Ha sido la Noche de Reyes.

El amanecer llegó con la luz de una nueva estrella que aún brillaba por Oriente. En el Portal todo es Amor. Los pastores siguen acercándose a contemplar el gran Milagro. En el mundo ha nacido un nuevo eco de salvación conjunta. La hora de la Redención ha comenzado.

Durante la jornada de hoy los juguetes campean entre las manos infantiles, dando vida y realidad a tantas horas esperando estos momentos.

Para nosotros, los que tenemos muchas décadas en nuestro haber, gracias a Dios, los Reyes Magos serán los de siempre, los que no saben de modernismos de género, los que llegaron a Belén, probablemente uno de ellos de nuestra tierra onubense, en el legendarios Tartesos, en nuestra querida Tharsis, seguirán siendo sabios magos, astrónomos, estudiosos de los cielos estrellados, caminantes por desiertos de arenas, hombres de buen corazón. Hoy algunos prefieren vestir los tiempos con discusiones de magas atrevidas. ¡Qué ganas de enredar las cosas¡ Yo siempre veo detrás de estas cosas los intereses y la malicia de las idea políticas azuzadas por los que sin fe quieren inventar nuevos principios llenos de falsedades.

Anoche, cuando los niños se acostaban, el reino de las maravillas ya brotaba en sus corazones infantiles. Hoy, al despertar, la mañana esplendorosa de la Epifanía abría su manto sobre un mundo sobrenatural que nos inundaba a todos de felicidad.

Se ha escrito mucho sobre los Reyes Magos, pero hasta que llegó Benedicto XVI al pontificado, nadie se atrevió a afirmar la verdad del origen de ellos y atestiguar que uno era procedente de nuestra tierra, de ese Tartesos que tenía planta y lugar en nuestra provincia de Huelva. En su libro sobre la infancia de Jesús, lo dice con frases de ciencia y estudios comprometidos en la Verdad.

Ya los Magos van de vuelta. Comienza la monotonía de un año más. De doce meses de incertidumbres. De muchos días de dolor y de alegrías. De vida.

Anoche miraba al cielo y veía las estrellas de nuestro hemisferio. ¿Cuál sería la que vieron los Magos? Su luz era infinita. Lo mismo que todas esas estrellas que nacían en los sueños de los pequeños, arropados en las sábanas de la ilusión, mientras que como siempre en ese día y a esa hora, Tres Magos, reyes del alma infantil, hacían realidad un sueño que ya viviría para siempre en el corazón de todos, aunque pasaran los años y los sueños terminaran.

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