Casi siempre he contemplado el fútbol como un rudimentario y brusco deporte que promociona más a la rivalidad que a la colaboración y en el que lo único que interesa son los resultados. Sergio Ramos, conocido por todos, es un jugador insustituible en cualquier partido del Real Madrid. Algo parecido pasa con Piqué, el ineludible defensa de la portería del Barcelona. Ramos y Piqué no sólo son buenos jugadores sino grandes defensores de los colores de su camiseta, hasta que visten la equipación de la selección española. Entonces, cada uno olvida a su equipo y juega por España. Es ahí donde se aprecia la colaboración entre ambos y desaparece todo tipo de rivalidad.

Esta pasada semana ha visitado Fomento el grupo socialista por las infraestructuras, dando lugar a otra batallita, entre PP y PSOE, de patio de recreo a las que tan acostumbrados nos tienen y que tanto hace enrojecer a los onubenses. Decenas de años lleva Huelva demandándolas. Decenas de años subrayando su necesidad en los programas electorales de ambos. Decenas de años utilizando, como única e inútil arma, el ataque al contrincante. Decenas de años de decepción política. Aburre el discurso del PP por repetido y por facilón: "Que si los puentes prometidos, que si los Chares, que si la Junta de Andalucía lo hace peor" o "Que se lo pidan a Díaz". Por su parte, el PSOE exige ahora el cambio de vías ferroviarias o el tren Huelva-Zafra, con una contundencia desconocida en los tiempos de Zapatero. No, no solamente aburren sino que muestran la cara de la política más débil, superficial e inmadura.

La FOE lleva años denunciando el perjuicio que le está haciendo a la provincia la ausencia del AVE o del desdoble de la N-435. La Cámara de Comercio, por su parte, insiste y recuerda periódicamente el freno que supone para el desarrollo de Huelva la parálisis de sus infraestructuras y ¿Qué hacen diputados y representantes de PP y PSOE? Pues siguen entretenidos con el Y tú más y compitiendo con el A ver quién la tiene más grande. El pueblo, que suele entender más de fútbol que de gestión política, lo que espera es que ambos lleguen a jugar en el mismo bando, que trabajen por y para Huelva. Se aguarda a que Romero (del PP) o Caraballo (del PSOE), cual Ramos y Piqué, lleguen a vestir la misma camiseta, ésa que utilizan los que quieren a Huelva más que a su partido. Nunca pensé que llegaría a utilizar el fútbol como modelo de nada y, muchísimo menos, como ejemplo del buen hacer político.

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