El primer adorno de la vida de la bebé consistió en un lacito rosa sujetándole los tres o cuatro cabellos con un broche metálico a presión. Los bebés varones tuvieron más suerte; no tenían que llevar en su pequeña cabecita ningún artilugio metálico. Creando diferencias.

Pocos años después, cuando ya los infantes escriben cartas a los Reyes, se selecciona cuidadosamente los juguetes que deben pedir. Padres y madres cuidarán muy bien de que Melchor les traiga a los varones metralletas y un balón de fútbol (todo aquello que implique acción) y sin hacer excepciones (a un ahijado mío le encantaba jugar a las cocinitas y su padre a punto estuvo de llevarlo al médico). Las niñas, en cambio, recibían muñecas y ollitas para hacer comiditas o representaban escenas cotidianas, donde tenían un papel relevante las planchitas, escobitas o cualquier otro artilugio propio de niñas y terminado en -ita. Creando diferencias.

En general, esa era la cultura que el S. XX instauró: adquirir hábitos que cercenaban la posibilidad de que chicos y chicas se divirtieran de la misma manera, que tuviesen las mismas expectativas o que jugasen con los mismos objetos… Creando diferencias.

Posiblemente, lo más destacado de dicho siglo con relación a las diferencias entre hombres y mujeres, fuese aquella Sección Femenina que, durante casi cuarenta años, más o menos coincidentes con los de la dictadura franquista, instauró (entre otros maravillosos hábitos) aquella "mili" para mujeres, respondiendo de esta manera cómo el Régimen cuidaba y practicaba la igualdad entre los sexos: "mili militar" para los chicos y "mili civil" para las chicas. Posiblemente, con la organización aquella, doña Pilar Primo de Rivera, jefa y señora de la Sección Femenina, consiguió el mayor homenaje a la humillación de la mujer, colaborando activamente en levantar un muro tan alto entre ellas y los hombres, que todavía son muchas las que ni han sabido ni han podido escalarlo. La mayoría de las nacidas antes del período democrático en España creían firmemente en el valor de la abnegación y la sumisión. Creando diferencias.

No, no es casualidad, es causalidad que 36 mujeres hayan sido asesinadas durante el presente año. Es causalidad (y no casualidad) el incremento de violaciones grupales. Es, simplemente, el resultado de una educación franquista que se empeñó en convertirnos en mujeres sumisas y abnegadas. "El talento creador lo reservó Dios para inteligencias varoniles", decía doña Pilar.

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