La otra orilla

Cosas que importan

Saquemos a la luz las cosas que importan, debatamos sobre ellas, construyamos un mundo mejor

La Comisión Europea ha anunciado que no se cambiará más la hora. Parece que por fin nos libramos del absurdo de adelantar o atrasar la hora según sea verano o invierno, con lo que ello acarreaba. Pero, la Comisión Europea no ha aclarado si se pondrá en vigor el horario de verano o el horario de invierno. No me pregunten cuál es uno y cuál es el otro porque no termino de aclararme. El caso es que ahora nos hemos lanzado a discutir y a debatir, como si la vida nos fuera en ello, cuál es el que conviene más a nuestro país. Y dado el nivel de discusión en los medios, parece que es lo que más importa en España. Bueno, lo de la hora y el VAR.

Esas son las cosas que nos dicen que importan y nos alejan de la realidad. Y me ha dado por pensar que si en lugar de preocuparnos por el adelanto o el atraso de la hora nos preocupáramos por el adelanto, por ejemplo, de la Ley de la Memoria Histórica que sacara a los muertos de las cunetas, de políticas medioambientales que protegieran realmente el medio ambiente, por el adelanto del Estado del Bienestar que permitiera una sanidad y una educación pública más dignas y de más calidad, de la subida de las pensiones, por el adelanto de unas mejores prestaciones sociales y un trabajo digno, por el adelanto del diálogo y de la acogida de las personas migrantes, a lo mejor nos iría mejor como sociedad y como país.

Y también podíamos preocuparnos por retrasar la venta de armas a países dictatoriales hasta hacerla desaparecer, o retrasar, por ejemplo, la producción de noticias falsas para desprestigiar al contrario. También sería conveniente retrasar las reformas laborales que han empobrecido a la clase obrera, la burbuja del precio del alquiler, los desahucios, la corrupción, el dinero negro, los contratos basura, el racismo, la xenofobia, el fascismo que viene, el odio, la insolidaridad. También eso ayudaría a construir otra forma de vida más justa y más solidaria. Pero es menos peligroso crear problemas que no interesan para que la población no piense en lo que verdaderamente es importante.

Saquemos a la luz las cosas que importan, debatamos sobre ellas, construyamos un mundo mejor para los que vienen detrás, un mundo preocupado por el ser humano y su entorno: medio ambiente, trabajo, sanidad, educación, vivienda... Un mundo que nos lleve a la felicidad más plena, esa que da la libertad de poder vivir con la dignidad de ser hombre y de ser mujer.

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