Paco Huelva

Constancia

Escribir un artículo de opinión es una suerte de lotería en la que no sabes si lo dicho será difuminado al día siguiente

Calculo que hará una treintena de años que los jueves me siento ante el ordenador para escribir una columna que saldrá en papel los viernes, o sea, al día siguiente. Rito con el que cumplo como el que va a misa los domingos y además lo he hecho en diferentes medios a lo largo de mi vida.

El columnismo es una suerte de lotería a la que uno juega, sin saber si lo escrito se habrá difuminado al día siguiente, dado que, a la velocidad a la que corren las noticias en un mundo atropellado por declaraciones que se suceden a ritmo de canutazo en medios audiovisuales, o publicaciones varias en cualquiera de las redes sociales, es un riesgo que uno asume como inevitable, pero no deja de aportarme una cierta zozobra cuando pongo el punto final al artículo y lo envío.

Hoy me he sentado ante el blanco folio sin una idea preconcebida sobre la que escribir. Hay tantas en el aire, en las manifestaciones de los gobernantes y de los opositores, tal cúmulo de contradicciones a nuestro redor, tanta mentira circulante con la que epatarnos, con la que pescar cándidos electores, tan poca coherencia en el ejercicio del poder y en las propuestas alternativas en su caso, tan poca cohesión en asuntos esenciales que debieran ser de Estado, que el hastío me llena la sesera de ideas que prefiero no pronunciar. Es decir, prefiero dejar pasar. No obstante, expondré algunas de mis obsesiones que entiendo no están siendo atendidas adecuadamente.

El problema de la saturación de los centros de salud y de toda la red hospitalaria de este país, que está llevando a los sanitarios a unos niveles de hartazgo y de cansancio insoportables, en una profesión que dicho sea al paso es vocacional. Nadie hace nada.

El galimatías entre los representantes del Estado y de las comunidades Autónomas respecto a las medidas que han de adoptarse por la ciudadanía ante la pandemia. No solo falta sentido común, también vergüenza.

Cada vez que se acercan unas elecciones -y ahora tenemos a la vista las de Castilla-León y la de Andalucía- el nivel de ruido mediático sube de tal manera, que la posibilidad de llegar a un consenso entre los partidos políticos resulta imposible. Política partidaria por un tubo, cara de póker, mentiras o medias verdades, es lo que hay.

La imposibilidad de aceptar por la derecha española que el acuerdo entre los empresarios, los sindicatos y el gobierno es bueno si lo rubrican todos.

En fin, yo a lo mío, con constancia y libertad en el decir.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios