La Verdad es Plural

Marisa Fernández Serrat /

Confusión primaveral

LA primavera, que se acerca sin sigilo alguno, pinta de malva las tardes en Huelva y de oro las mañanas. Ha llegado esa luz indescriptible que consigue, año tras año, mejorar los ánimos, desempolvar emociones y avivar sonrisas. Pero claro, estas sensaciones se viven con intensidad en primaveras sin elecciones, porque en esta pre-primavera en que nos hallamos, por muchas luminosidades que estrene, no le está resultando fácil aquello de despertar optimismos y alegrías. Un paseo vespertino por la ciudad. En el semáforo, entre el zumbido del aletear de las golondrinas, un grupo argumenta sobre la necesidad de que el PSOE no gane de nuevo las elecciones andaluzas. Que si Andalucía necesita un cambio de verdad, que si deben ventilarse los sillones, que si la permanencia en el poder corrompe… En la Plaza de las Monjas, entre risas de niños, sobresale la perorata de una mamá, que si el PP gobierna en Andalucía, se arriesgaría lo conseguido en políticas sociales, peligrarían los avances de la mujer, las innovaciones conseguidas en sanidad y educación… Avanzamos. Un grupo de personas, en la esquina. Una de ellas insiste en que IU se unirá a quienes ganen, que se adaptarán a lo que sea con tal de alcanzar un pedacito de gobierno…

Mejor no escuchar más, auriculares y la radio. Hablan de la huelga general. Unos señalan que este país no está para la afrenta de pararse un día, que si es lo único que hacía falta, que una reforma laboral era necesaria… Pero otros tertulianos explican que de acuerdo, que no es ésa la solución, pero que no hay otra, que es la única manera que queda de manifestar la oposición a lo aprobado… ¿De qué se hablaría antes de la crisis? Como estoy decidida a disfrutar de la tarde, fuera radio y música a volumen alto que te impida pensar. Suena "es la primavera que se me escapa corriendo por las aceras", estribillo de una canción de Estopa del 2011 que, ahora que lo pienso, fue premonitoria. La primavera del 2012 se nos está escapando por las aceras porque la confusión que embarga al personal no concede muchas licencias para celebrar atardeceres. Esa luz se espanta mientras intentamos descifrar el significado de "la violencia estructural contra las mujeres" de Gallardón, en un desafortunado intento de justificar la modificación de la ley del aborto. Esa gana de vivir no crece mientras nos indignamos con Guerrero por utilizar el dinero público como si procediese de la hucha de su casa. Esas risas adolescentes pasan a segundo plano con la perplejidad que nos provocan los superalcaldes que lo mismo pelean por su ciudad que luchan por los mineros o por las carreteras andaluzas.

Esta primavera trae una nueva modalidad de alergia que se está extendiendo como una pandemia por Andalucía. Confusión tiene por nombre.

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