Conciencia colectiva

Cualquier crítica a los gobiernos se empequeñece si individualmente no se actúa con responsabilidad

Al comparar distintas culturas se aprecian algunas diferencias que, inicialmente, pueden parecernos poco comprensibles. No obstante, saberlas es útil para adoptar posturas adecuadas. Por ejemplo, en la llamada occidental, la libertad es considerada como uno de los bienes supremos que debemos respetar y que solo debería restringirse en determinadas circunstancias. Sin embargo, en otras, no se la valora tanto. Por eso, cuando se propuso revisar la Declaración de los Derechos Humanos, no todos los participantes estaban de acuerdo en darle la importancia que aquí se le otorga. Esta clase de discrepancias también son muy perceptibles en el ámbito de la salud. Así, se comprueba cómo en regiones africanas no solo es la familia la que colabora para el bienestar de sus integrantes sino también la comunidad, mientras que en nuestro contexto lo que hay es un enfoque más individualista. Esta concepción da lugar a hechos como el que se esté en la terraza de una cafetería y que el de la mesa del al lado te inunde con el humo, convirtiéndote en un fumador pasivo, quieras o no. La cultura oriental es similar. En ella se considera a la salud como algo más relacionado con el funcionamiento social que con los aspectos personales. Pues bien, creo que no hay que renunciar en absoluto a ese bien que es la libertad, pero este reconocimiento no tiene por qué significar que sea incompatible con la aceptación de que debemos actuar con un sentido de interdependencia, pues nos necesitamos unos a otros para estar sanos y gozar del bienestar que deseamos. Dicho esto, no cabe más remedio que manifestar que dentro de nuestra sociedad hay un número no pequeño de sus miembros a los que les queda bastante por avanzar en el fortalecimiento de una conciencia colectiva en beneficio de todos. A medida que se han ido superando las fases aplicadas ante la pandemia hemos visto cada vez más transgresiones de las normas básicas de contención de la expansión del virus, algunas de una tamaña insensatez que pueden tener consecuencias graves, afectándonos a todos, tanto a nivel de salud como económicos. La frivolidad con la que algunos se han tomado la Covid-19 ha sido verdaderamente insolidaria. Los rebrotes están ahí y pueden aumentar en lugares y en cantidad de infectados. Y algo más, cualquier crítica o exigencia a los gobiernos sobre la pandemia se empequeñece si individualmente no se actúa con la responsabilidad que corresponda, pues no se tendría la suficiente fuerza moral para hacerla.

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