Comienza el partido

Menuda lucha nos espera. Hay que lograr, sin excusas, que la pelota llegue al fondo de la red

Me cuentan que este año será decisivo para encarar el futuro y que las agrupaciones, asociaciones, foros de expertos e instituciones variopintas han preparado el terreno de juego con mimo, han recortado el césped y regado el rectángulo. Sólo queda que el balón pase de un campo a otro para iniciar el ansiado despegue. Huelva sabe perfectamente que es la ocasión para salir del bache y para ello cuenta con una serie de estrategas cuya misión no es otra que impulsar sus potencialidades hasta dejar atrás la cola clasificatoria y, en giro ascendente, encaramarse a los primeros puestos de la tabla.

¿Y eso cómo se logrará? Respuesta: utilizando la propia cantera, hasta ahora lesionada y la férrea voluntad de toda la plantilla por lograr el triunfo, ganando cuantos puntos sean precisos fuera de casa y recurriendo a las administraciones competentes, todos a una, dejando al margen diferencias de criterio y frivolidades, uniendo voluntades en un único esfuerzo.

Contamos con una gran plantilla y una secretaría técnica que ha estudiado todas las variables posibles con que iniciar el vuelo hasta las capitales del reino y Andalucía, donde están los andobas que han de asumir el sí definitivo a la tan esperada salvación. Convencerlos será una ardua y excitante tarea.

Primero hay que ganar el tema de las infraestructuras marítimo-terrestres y ferroviarias, luego, alargar la cancha con la riqueza agropecuaria y regadíos, internándose por las explotaciones mineras que dan profundidad al conjunto, apuntalando los parques I+D+i, potenciando el rombo industrial, el gambeteo turístico, la oferta cultural-deportiva y sobre todo, la decisión inaplazable del proyecto CEUS, cuya base logística se halla en Arenosillo a la espera de poder iniciar la explotación de drones a nivel europeo.

¿Tenemos o no posibilidades? Contando con la amplitud y calidad de un equipo hasta ahora ninguneado, no creo que nadie pueda sostener lo contrario. Las probabilidades son inmensas.

¿Serán capaces de resistir los 90 minutos del partido o quedarán, como otras tantas veces, pasándose la bola, unos a otros renunciando al urgente objetivo de ascender?

Ese es el punto débil por donde volverán a ganar la pelea, y en ese caso, mantenernos fuera de juego las próximas cincuenta temporadas. Menuda lucha nos espera. Hay que lograr, sin excusas, que la pelota llegue al fondo de la red.

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