Columna Trajana

Trajano fue tenido hasta el fin de Roma como el mejor de todos los emperadores

Con más pena que gloria y muy escaso eco mediático y ciudadano está transcurriendo una efemérides que debería estar suscitando mucha mayor atención. Y es que el 8 de agosto de 117 d. C., hace por tanto 1900 años, falleció el gran Trajano, el emperador de Roma nacido en Itálica, junto a Hispalis. Como asegura el tríptico del Congreso que en estos días recuerda en Sevilla aquel acontecimiento y la llegada al poder de su pariente, también de origen hispano, Adriano, "nadie de origen hispano, nunca jamás, ni antes ni después, ha llegado a ser, sin discusión, el personaje más poderoso sobre la faz de la tierra como lo fue entonces el Optimus Princeps". Añadamos que Trajano fue tenido desde el mismo momento de su muerte, y hasta el fin de Roma, como el mejor de todos los emperadores, un personaje de excepcionales capacidades de gobierno, que llevó al Imperio a su máxima extensión territorial en unos años de singular brillantez, nunca superados.

Cuesta creer que un personaje de esta talla universal, que por sí solo pondría a Sevilla en el mapa y en la historia, sea hoy un casi desconocido para sus propios paisanos y que en esta Andalucía, víctima de tantos tópicos sobre su pasado y su presente, se deje pasar una ocasión así para proyectar nuestra imagen más allá de las vulgaridades que, si dan de comer a algunos, nos rebajan a la condición de gregarios de quienes parecen los eternos protagonistas de cualquier momento histórico. Porque el consecutivo ascenso al poder imperial de Trajano y Adriano no fue un azar, sino el resultado de la exitosa integración de Hispania, y especialmente de la Bética, aquella Roma andaluza, en el orden romano y su identificación plena con la civilización que lo sustentaba. Civilización que sigue siendo hoy la más honda y fecunda raíz de cualquier identidad que se pretenda tanto para Andalucía como para el resto de España.

Felicitémonos al menos de la celebración de este Congreso Internacional De Trajano a Adriano. Roma matura, Roma mutans que el profesor Caballos Rufino y sus colaboradores de la Universidad y del Museo Arqueológico de Sevilla han conseguido atraer junto con los mejores especialistas mundiales en la cuestión. Parafraseando muy libremente a Spengler, cabe decir que siempre tendremos un pelotón de sabios y profesores para preservar nuestra civilización. Andaluces, recordemos a Trajano.

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