Ansia viva

Óscar Lezameta

olezameta@huelvainformacion.es

'Colpa nostra'

El primer mandamiento del periodismo es no hacernos eco de mentiras y en algunos casos no lo estamos haciendo

Reconozco que llevo demasiados libros de novela negra en el cuerpo, de esos "que chorrean hemoglobina" que diría Sergio, el bendito loco de la Dorian, pero el comportamiento mafioso hasta la bestialidad más enternecedora, no se escapa del carnaval electoral que se nos ha quedado tras enterrar cefalópodos, teleósteos y demás especímenes marinos. Esta semana nos hemos dado otro buen baño excremental.

Y es que en eso se basan todos, no sólo los recién llegados. Que mienten a sabiendas, lo sabemos desde hace décadas; que les hagamos el juego, es lo nuevo. Vieja política con nuevos medios. En esta oportunidad, han aprovechado una actividad que ojalá hubieran llevado a la práctica (bravo por el personal a quien se le ocurrió en el instituto de la Puebla de Guzmán), hace décadas; creo que otro gallo nos hubiera cantado alguna mañana que otra. Pues aquellos que se encargan de recordarnos que España, no sería España, si ellos no estuvieran aquí, les importa muy poco soltar aquello que saben que es mentira. Lo peor es que nos hemos tirado días hablando de ellos y mientras tanto hacen caja y suman votos.

No son los únicos. Tan pronto como se callan, vuelven a rugir los de toda la vida, unos bramando con que el fascismo ha llegado a nuestra sociedad y otros con que se nos rompe España. Mentiras la una y la otra. Ni las cruces gamadas amenazan nuestra convivencia y Cataluña está igual de cerca de ser independiente ahora que cuando empezó la Transición. Lo saben de sobra, pero saben que tendrán sus corifeos que lo propaguen en las redes y unos medios de comunicación que todavía creo que no nos acabamos de ubicar en este juego de perversión repugnante. Mienten hasta en el ámbito municipal, cuando llaman vertedero a un depósito o parque de contenedores a aquello por lo que se pelean en cualquier otra ciudad que no sea esta. Parten de la misma base; se inventan un problema y se ofrecen a solucionarlo cuando maldita la falta que hace.

Les es igual; saben que nos van a tener detrás hasta que no pensemos en una postura global. Lo decía cerca de este hueco hace unos días, José Antonio Carrizosa. Falta un proyecto común, un modelo de país, de comunidad, con el único objetivo de conseguir las mayores tasas de libertad y bienestar posible para todos. Ese mismo proyecto es el que nos queda a los medios de comunicación por echar una pensada. No podemos continuar siguiendo el juego a quienes hacen de la inmundicia su atmósfera habitual y me tiene absolutamente sin cuidado de qué color se vista. Apesta de la misma manera.

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