Antonio Carrasco

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El Colombino

Más de veinte años después sigue siendo un estadio impersonal sin un solo escudo que lo identifique

En esos paseos sin destino fijo con Diego nos plantamos el viernes a eso de las 20:00 a las puertas del hotel NH Luz. La imagen era bastante habitual en estos casos. Un grupo de jugadoras jóvenes esperaba en la plaza del Velódromo el bus que las llevase al Nuevo Colombino para realizar la sesión de entrenamientos previa al duelo internacional entre España y Australia. Unas con el teléfono móvil en la mano, otras charlando, las que más observando una ciudad desconocida y todas ausentes del espacio que pisaban.

Reconozco que si me piden que sitúe Adelaida en un mapa soy capaz de ponerla en un despacho a diez metros de mi mesa porque es la única Adelaida que distingo. No se trata de lograr que cada jugador o jugadora de fútbol conozca la historia del balompié español. No, es tan sencillo como hacer que nuestros espacios icónicos sean embajadores por sí mismos de nuestro legado. Algo que no hemos conseguido todavía.

El monumento del Velódromo vivió una necesaria actualización hace unos años que lo sacó del evidente deterioro en el que los años lo habían sumido. Imprescindible que reciba las atenciones mínimas. La cuestión es si basta con tener una estructura en un espacio que es el kilómetro cero del fútbol español si luego nadie la coloca en el mapa.

La selección pisó este sábado un estadio que salvo por los remozados asientos de fondo numerado bien podría ubicarse en Dubai y nadie lo notaría. Ya pasó de los dos décadas el recinto de la Ría sin que en estos años hayamos sido capaces de convertirlo en un símbolo del Decano. Es el estadio donde juega el Recre sin que haya un solo escudo, una bandera o un lema que recuerde a todos y cada uno de los que lo visitan donde entran salvo el monumento a la afición. Sigue siendo un campo impersonal (y no entremos en que hace más frío que en Valladolid) y eso es un debe de todos los que de una forma u otra tuvieron responsabilidades en la entidad.

Podríamos hasta abrir un debate sobre si el Nuevo sobra en el nombre cuando para todos es el Colombino. Hay loables iniciativas como las de instalar sus hitos en la valla exterior y el reciente tour. Me parece perfecto pero es que la avenida del Decano de éste solo tiene el nombre. Un gran escudo en la fachada que fije la mirada iluminado por las noches de la Ría, una bandera al viento en la rotonda, un paseo de las estrellas recreativistas... ¿Lo imaginan?

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