Cobrar o no

En este escenario criminal ha llegado a meter las narices uno de los sujetos más simples de Hollywood

Cuando escribo estas líneas el barco negrero llamado Open Arms da vueltas por el Mediterráneo calentando a la opinión pública europea para que le dejen atracar y desembarcar su carga humana. Este remolcador, que según peritos en la materia no pasaría una benévola inspección técnica, debería cambiar su nombre. De Open Arms a Open Hands, de brazos abiertos a manos abiertas, que es como hay que tener las manos para cobrar. Desde el día 1 tiene abierto el puerto de Zarzis en Túnez, pero eso no está en el contrato y hay riesgo de no cobrar. Son ya muchos los periodistas que andan detrás de las mafias que trafican con personas en un mar, el Mediterráneo, en el que miles de ellas han dejado sus vidas. Todos ellos afirman que ya está dejando de ser una sospecha el que el Open Arms sea el último eslabón de una cadena que está moviendo cientos de millones de dólares en el norte de África y a cuyos promotores en origen lo mismo les da traficar con personas, con armas, con drogas o con lo que se tercie. Y en este escenario criminal ha llegado a meter las narices uno de los sujetos más simples que se pasean por Hollywood. Ya lo saben, el muy mediocre actor Richard Gere. Esto de ver a los saltimbanquis del primer mundo haciéndose fotos con los pobres del octavo mundo es ya algo que nos agreden las retinas de tanto ver. Este sujeto debe de tener un trastorno de inestabilidad de la personalidad y necesita hacer estas payasadas para autoafirmarse y darle de comer a su ego. El mocito Gere es especialista en estas cosas. Ya lo hemos visto por el Tibet vestido de azafrán y cantando el hare krishna en otras ocasiones. Debió de quedarse trastornado después del baño profesional que le dio Julia Roberts en Pretty Woman y aún no ha recuperado su autoestima. En esa película ella es grande, inmensa, y él es un pobrecito aprendiz. Muchos comentaristas, y yo me sumo, han comparado el tratamiento dado, en nuestras ultraizquierdistas televisiones, al reparto de macarrones y bocadillos de chóped de Gere desde su superyate con el tratamiento que esas misma televisiones sectarias dieron a los donativos de don Amancio Ortega a la sanidad pública en forma de equipos de tratamiento del cáncer valorados en ciento de millones de euros. Gere es para ellos un progre y el señor Ortega un facha capitalista. El uno reparte paquetes de madalenas a cambio de una foto y el otro sin foto y sin pestañear dona 360 millones en la lucha contra el cáncer, 60 millones a Cáritas, 44 millones al Banco de Alimentos, 70 millones en proyectos sociales y así unas cuantas más. El cantamañanas americano presume, el caballero español calla. Ustedes dirán.

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