Punto de vista

José Ramón del Río

jdel35@hotmail.com

Coaliciones

El PP se propone la obtención de un resultado que no haga necesario el concurso de Vox

Yo tengo mal recuerdo de las coaliciones electorales. Debe ser porque en las elecciones andaluzas de 1986 nos presentamos, bajo la rúbrica de Coalición Popular, Alianza Popular, PDP. y Partido Liberal e hicimos juntos la campaña. En el PDP, su cabeza de lista era Javier Arenas y, en el Partido Liberal de Segurado, un recién llegado a la política. Recuerdo que Javier Arenas, que luego ficharía por el PP, tuvo en este partido una muy lúcida carrera política, siendo presidente del partido en Andalucía 14 años en dos etapas y me pedía en los mítines que hablara antes que él, "para calentar al público". Luego ha sido senador en varias legislaturas y con Casado no ha tenido tan buen entendimiento. Aquello de la Coalición Popular me pareció una buena fórmula porque se supone que, en la compañía de demócratas populares y liberales, AP se libraría, por fin, de las connotaciones franquistas de las que le acusaban la izquierda. Pero esa coalición no duró, ni siquiera la sesión constitutiva del Parlamento, donde los portavoces del PDP y del Partido Liberal anunciaron que rompían la coalición, que sin duda les había permitido conseguir los escaños.

Ahora, supongo que el PP se plantea acudir o no, en coalición, pero tiene poco donde elegir. En las elecciones para las autonomías en Castilla y León se presenta "la España vaciada" en 5 de las 9 provincias de dicha autonomía, pero no es probable que le ofrezcan ningún pacto, porque precisamente ellos se quejan del intento del PP de frenar el movimiento de la "España vaciada", tras haber convocado las elecciones con tanta premura. Excluidas estas formaciones para concurrir conjuntamente es impensable que se pacte con partidos de izquierdas y solo le quedaría el pacto con Vox. Las encuestas se muestran favorables y el PP, con la mayor probabilidad, preferirá ir solo, máxime cuando los representantes de Vox se han quejado del adelanto electoral y las relaciones personales entre ellos no parecen las mejores.

Esto ha servido, quizás, para reconducir las cosas, aunque el conflicto de fondo del PP, que es el control de Madrid, por Génova, debido al incuestionable auge de Ayuso, no está resuelto. Ahora se propone la obtención de un resultado que no haga necesario el concurso de Vox. Para mí, Vox no es un compañero deseable en los gobiernos del PP. Sé que hay muchos que dudan entre uno y otro partido, aunque quizás los más irreductibles sean los partidarios de Vox. Unas veces son los primos, como le ocurre a Magdalena Trigo y otras veces, otros parientes, los que votarán a Vox.

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