Ciudadanos pide socorro

Habría sido más elegante que Arrimadas designara a Marín a dedo o que Moreno le diera la bienvenida al PP

Un grupo indeterminado de náufragos manotea desesperado a punto de ahogarse y lanza un SOS. Ciudadanos tiene pésimas perspectivas electorales en Andalucía; encuestas independientes le dan entre cero y tres diputados en el próximo Parlamento. Su jefa nacional, la jerezana Inés Arrimadas, ha pasado de defender la bandera naranja con compostura, a pedir listas conjuntas con el PP. En paralelo, ha convocado unas primarias que dan vergüenza ajena. Un plazo de 36 horas para presentar candidaturas, tres días de campaña sin conocer el censo y 36 horas para votar por internet. Uno de los candidatos ha calificado el método de cacicada. Sus contrarios le acusan de hacer maniobras similares en su provincia y lucrarse con una empresa creada a costa de Cs… Los angustiados náufragos se golpean.

Esta organización se creó por aluvión, en lo ideológico y en lo estratégico. Las dos cosas le fallan en su camino hacia la insignificancia. Primero era una mezcla de liberalismo en economía o costumbres, y socialdemocracia en materia social. Después abandonó ese esquema para acaudillar al bloque de la derecha. Acabó siendo un partido intransigente, disgustado con la realidad nacional y pesimista respecto al futuro del país. Abbott Lawrence Lowell lo clasificaría como reaccionario. Su portavoz en el Parlamento andaluz en la primera mitad de esta legislatura ha sido el más antisocialista de los tres de la derecha, después de haber apoyado al PSOE los cuatro años anteriores.

Su pérdida de prestigio ha sido imparable desde que en abril de 2019 pudo formar Gobierno con el PSOE con el que sumaba 180 diputados. Pero ni su líder Albert Rivera ni el socialista Pedro Sánchez se dieron por aludidos. Tres años antes, ambos habían presentado una propuesta de coalición que no prosperó, y cuando tuvieron los votos se desentendieron. Ahora Cs está capitidisminuido en afiliados y rumbo. Y perdido en su laberinto convoca unas primarias sin censo ni debate, para designar a Juan Marín. Habría sido más elegante que Arrimadas lo pusiera a dedo. Casi, casi, incluso sería mejor que Moreno anunciara directamente su bienvenida al PP. Otra falacia de Ciudadanos es que pida listas únicas con los populares "para que continúe el Gobierno de coalición". Es una causa perdida; en el inconsciente colectivo, en Andalucía hay un ejecutivo monocolor. Parafraseando a Fito Cabrales, el mar centrista cada vez guarda más barcos hundidos. El nuevo naufragio al que asistimos une a la tragedia el ridículo.

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