La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Ciudadanos se lía solo

Última hora en el disparate de relaciones de Cs con Vox: que el pacto en la Comunidad de Madrid sea solamente verbal

Que Ciudadanos le haya impuesto un cordón sanitario material y operativo al PSOE y un cordón sanitario intelectual y simbólico a Vox está dando lugar a espectáculos pintorescos y desvelando contradicciones insalvables. Y, de paso, poniendo en peligro sendos gobiernos de derechas en Madrid y Murcia, fundamentales a efectos del cómputo global de las elecciones autonómicas del 26 de mayo.

Ciudadanos ha querido estar al caldo y a las tajadas. Poner una vela a Dios y otra al diablo. Mejor dicho: que la vela al diablo no se note, que pase desapercibida. Es imposible: si le haces asco a la ultraderecha, no aproveches sus votos procurando que no se note que los aprovechas. Es lo que está haciendo Ciudadanos. Gracias a los doce escaños de Vox en el Parlamento andaluz Juan Marín es vicepresidente de la Junta, y eso no cambiará por el hecho de que se haya firmado un pacto PP-Cs y otro PP-Vox, en paralelo y por separado.

El prurito de coherencia y la mala conciencia de Cs conduce a estas simulaciones y postureos que, por lo demás, duran bien poco ante el acoso inesquivable de la realidad. El acuerdo que ha permitido a la misma Junta de Andalucía tener Presupuestos para este año ya aparece firmado por los tres partidos del centro y la derecha (PP, Ciudadanos y Vox), aunque la propaganda de los de Rivera siga con la cantinela de que ellos negocian y firman sólo con PP dentro de su gobierno de coalición.

No hay manera. En vez de asumir que a veces pacta con el nacionalpopulismo y poner el acento en lo que importa (que nunca se aceptan sus propuestas descabelladas, antisociales o retrógradas), Ciudadanos inventa fórmulas creativas de reuniones negociadoras en las que no se negocia nada, sino que se va a toma café, manda mensajitos a Vox usando intermediarios, reinterpreta cara al público lo que hablan entre ellos en los encuentros discretos, disputan por si hay que hacerse una foto juntos o verse sin documento gráfico o, finalmente, estudian la posibilidad, en la Comunidad madrileña, de que no haya documento suscrito por los tres partidos, sino un acuerdo ¡verbal!: lo que digan sus portavoces en la sesión de investidura de la candidata del PP serviría como aval del pacto vergonzante. Ya les digo yo que un pacto verbal es carne del incumplimiento más rápido por todas las partes.

Todo muy infantil. Se han creído que cerrando los ojos el elefante desaparecerá. Nada de eso. El elefante sigue aquí.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios