Cine y libros

La realidad ha desmentido que el público de Huelva sea refractario a las convocatorias culturales

Oímos con frecuencia quejas de que el público de Huelva es refractario a las convocatorias culturales; nosotros mismos nos quejamos a veces de que espectáculos excelentes no atraigan sino a un pequeño número de personas. Pero no siempre sucede así y hace pocos días la realidad ha desmentido esa visión pesimista con eventos que tienen que ver con el cine, uno de ellos, y con los libros y la solidaridad el otro.

El primero es la Muestra de Cine Realizado por Mujeres WoFestHuelva, que un equipo entusiasta, con María Luisa Oliveira al frente, trae a Huelva por segunda vez, para poner de manifiesto la labor de las mujeres que se mueven en el mundo del cine y especialmente de las realizadoras. Me encantó reencontarme con el documental de Remedios Malvárez Alalá, que ya participó en la pasada edición del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, donde se quedó a las puertas de recibir un galardón que bien habría merecido. Pero donde jugó fuerte el equipo del WoFest fue en la sesión inaugural donde se proyectó en versión original La belle saison (Un amor de verano), de Catherine Corsini, en la que una joven campesina descubre en París un ambiente en el que florecen las protestas feministas y vive una historia de amor lésbico, cuyos escenarios de fondo presentan el contraste entre el mundo rural y la capital. Se trataba de una apuesta arriesgada, premiada con aplausos por un Gran Teatro lleno a rebosar. Del resto del programa solo asistí a la desenfadada No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas, no muy bien tratada por la crítica, pero que hizo las delicias de un público predispuesto a la diversión.

Coincidiendo con el último día del Festival, en la mañana del sábado se instalaba en la Plaza de las Monjas un mercadillo solidario de libros, organizado por las ONG Tareas solidarias y AYRE (Ayuda al Refugiado). Los libros entregados por donantes generosos o por personas que necesitan disponer en sus casas del espacio que ocupaban, se reubican al ser escogidos por amantes de la lectura que los adquieren a un precio simbólico. La soleada mañana invitaba al paseo relajado combinado con la búsqueda de un ejemplar interesante, que por otra parte tiene la posibilidad de convertirse en el grano de arena que, con muchos otros, podría ir formado playas de la esperanza que no se debe negar a los refugiados que llegan a nuestro país desprovistos de casi todo.

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