El mes de abril de este año se nos abre con muchos temas pasionistas y cofrades. Dediquémosle cada semana nuestro recuerdo y homenaje. Se van a cumplir los cien años de que el genial Manuel Font de Anta compusiera la que para mí es una de las grandes marchas de la Semana Santa andaluza: Amargura. Desde niño la oigo emocionado el Jueves Santo cuando el Señor de la Oración en el Huerto y Nuestra Madre y Señora de los Dolores hacen su estación penitencial y cuando aquel gran amigo cofrade de oro de Huelva que era Rafael Baena Vázquez, daba siempre la orden de interpretarla a la Banda de Música, en la C/ Botica, con recuerdos de su inolvidable camarista la condesa de Mora Claros, al pasar por delante de su casa palacio.

Amargura, por su composición musical y su sentimiento artístico es todo un compendio para extasiarse en el amor y la devoción a una imagen de dolorosa, cuando los varales del paso mecen el palio y el ritmo de los caireles y de las bambalinas, son compases que siguen la inspiración de una partitura genial y eterna.

Se cuenta que una vez que la Banda onubense desfiló procesionalmente en Sevilla y tocó la bellísima marcha, se daba la circunstancia de que Font de Anta estaba oyéndola en un balcón. Le cautivó tanto la interpretación de la Banda onubense, que bajó a la calle a felicitar al director de nuestra querida Banda Municipal. Un compañero periodista de Sevilla, cuenta que este año la Banda Municipal de aquella ciudad, recordando lo que un día hiciera aquel gran músico y amigo, director de ella, Pedro Braña, le va agregar a la formación musical una sección de cuerda, con violines, violas y contrabajo, lo que indudablemente constituirá algo admirable y de una sonoridad de ángeles. Espero que nuestro gran profesor y director de la Banda Sinfónica de Huelva, Paco Navarro, nos lo ofrezca en unos de sus maravillosos conciertos semanales.

Las marchas procesionales son el camino de las mejores reflexiones, hechas oraciones, a nuestros sagrados titulares.

Vaya hoy nuestro recuerdo y homenaje a Manuel Font de Anta, ese gran compositor, hombre cristiano, religioso, cabal, que desgraciadamente falleció de forma trágica, como otros muchos artistas. Font de Anta murió fusilado por milicianos republicanos en Madrid, sin que hubiera cometido delito alguno. Era el año 1936.

Su música, su partitura Amargura, será siempre una oración por el eterno descanso de su alma. Amén.

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