La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Cartelitis con modernosis

La cartelitis se agrava por la modernosis que anula el sistema inmunológico frente al 'queo'

Cartelitis agravada por modernosis. El diagnóstico es concluyente. Pero hace años que padezco la cartelitis, dijo la paciente. En mi historial médico tiene usted que de los antiguos de las fiestas de primavera y los toros fui pasando a los del Consejo, las tertulias, los barrios, las hermandades y hasta alguna institución nobiliaria. Y como usted sabe, los he ido sobrellevando. Incluso esta inflamación de carteles tuvo sus efectos positivos porque se hicieron tantos, tantos, que muchos bares y comercios desistieron de ponerlos y los desecharon como se desechan unos zapatos porque los pies hinchados ya no caben en ellos.

Mucha razón tiene usted, señora -le respondió el galeno-, el impacto de los carteles fue decayendo conforme su número se multiplicaba. A veces la demasía tiene esta ventaja que los especialistas llamamos saturación. Ya sabe usted lo del grito pegado en la pared… Pues si se colocaran cuantos para usted y sus festolines se hacen esto sería un griterío insoportable, cada escaparate, cada bar, cada muro, cubierto de carteles. Pero resulta que, alcanzado este equilibrio, ha tenido usted la mala suerte de que la modernosis agrave su mal. Usted sabe que si el sufijo "itis" indica inflamación, "osis" alude a enfermedad o anomalía. ¿Qué enfermedad es la modernosis, me pregunta? Verá usted, es vender mercancía vieja como si fuera nueva, audacias de hace un siglo como si fueran originales, añejas trasgresiones de los cánones académicos como si fueran frescas. Es suplir el talento por el ingenio, la inteligencia por la astucia, el valor de innovar por el descaro, el crear por el copiar, el atrevimiento que desafía las normas por la desvergüenza…

Me interrumpe para preguntarme cómo su cuerpo lo acepta sin generar ninguna respuesta defensiva. Bueno… esto se debe a otro componente de la modernitis: su capacidad para desactivar ese sistema inmunológico llamado juicio crítico. La modernitis lo suspende y desactiva por completo, dejando su cuerpo a merced de los virus que unos agentes externos dispongan, anulando su capacidad para que su cuerpo juzgue por sí mismo, reconozca las imposturas -eso que popularmente se llama un queo- y reaccione contra ellas rechazándolas.

¿Hay cura?, pregunta la paciente atribulada. Sí, contesta el doctor. Un viejo médico de almas alemán la descubrió hace siglos: "¡Sapere aude! ¡Ten el valor de servirte de tu propia razón!".

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