En estos momentos críticos no tengo más remedio que acordarme de muchas personas y colectivos que por sus profesiones, mientras los demás estamos en casa siguiendo las instrucciones dadas, están a pie de obra y asumiendo riesgos por el bien nuestro. Sí, hay reconocimientos diarios hacia todos y que yo comparto totalmente, pero por mi parte, recuerdo también, y mucho, a mis compañeros de especialidad y que hago extensivo a todo el personal con el que trabajé y a l os que nos han sucedido - seguro siguen el perfil de asistencia que siempre nos caracterizó - o los que se mantienen aún activos. Esos, que preparan, administran, controlan y supervisan el seguimiento de los tratamientos oncohematológicos, en particular o de cualquier otra índole, en general, pues en los hospitales sigue habiendo pacientes quirúrgicos, traumatológicos, clínicos… urgentes a los que curar y vigilar.

Siempre admiré, desde mi función directiva y médica, vuestra dedicación, compromiso y cercanía a nuestros pacientes que, bien sabéis, son tan delicados, peculiares y particulares, hasta el punto de convertirse en amigos, muchos de ellos. Así, pues, ya desde mi lejanía que no desde el olvido, por favor, cuidaros sin retroceder en vuestra vocación y humanismo pues, si siempre fuisteis importantes, ahora sois imprescindibles y os necesitamos, más que nunca, todos. Los pacientes habituales, los que puedan venir o aquellos que, ante la demanda, el Sistema os asigne.

No podéis imaginar cómo echo de menos estar junto a todos vosotros, como siempre hicimos, "codo con codo" - esto es lo que se lleva ahora - organizando, decidiendo… trabajando, en una palabra, pero bien sabéis que ni puedo ni me lo permitirían, lo que no obvia mi disposición a prestar servicio si la situación lo requiriese y alguien autorizado me lo demandara.

Mientras, estoy a vuestro lado y a disposición permanente para aconsejar, no he dejado de intentar seguir al día, responder a vuestras dudas y, si me lo permitís, sin apartar a nadie y menos a quien ahora os dirige, tomadme en este tiempo crítico como una especie de "asesor" - no me atrevo a calificarme ya de jefe - virtual y que os recuerda y demanda que si hemos presumido siempre de estar entre los mejores, ahora aún más, con más empeño y dedicación que nunca. La excelencia, fue siempre nuestro objetivo, hoy es una necesidad que estoy seguro, entre todos, la cubriréis. Contad con mi apoyo, confianza y felicitación por vuestro trabajo, extensivo a todos los profesionales sanitarios y sabed que si tengo algún motivo para presumir es, precisamente, de haber sido vuestro compañero.

P. D. El cuerpo me pide, quizás, hablar de otra dimensión del problema, espero poder hacerlo en otro momento. Solo pedirle a quien pide lealtad y unanimidad, que él nunca deje de ejercerla en la acción política y con los ciudadanos, no es posible compatibilizar en tiempos excepcionales, unidad y caceroladas, ante la unión la libertad de expresión se autolimita y no valen engaños ni medias tintas. Ya hablaremos de ello.

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