Al ministro Garzón le han llovido las críticas por sus recientes declaraciones al Diario The Guardian, donde habló de la ganadería intensiva y extensiva en España. Apeló en ellas a la innegable contribución de las "macrogranjas" al desastre climático, y de ahí han sacado PP y Vox un guión perfecto para poder afrontar las próximas elecciones en Castilla León, además de que ha vuelto a aflorar la habitual "tibieza" centrista y pactista del PSOE. Esta nueva pelotera mediática demuestra que cuando no hay nada nuevo que ofrecer en la política española lo que se hace es disparar al contrario; y da igual la mentira y la soberbia que contenga la munición. Pero bueno, a río revuelto… podemos fijarnos en ella como otra oportunidad para poner el foco en la producción y consumo de carne desmesurados, procedentes de concentraciones insoportables de animales.

La relación entre producción intensiva de carne animal y la aceleración del cambio climático es algo completamente demostrado. Una situación además denunciada por la ONU y por decenas de organizaciones políticas, ambientalistas y administrativas. Igualmente es importante resaltar que ya hay cuatro autonomías que han anunciado la disminución o prohibición de la proliferación de estas factorías en sus territorios, entre ellas Andalucía. Y que además la UE, a través de la nueva política Agraria Común (PAC), priorizará el modelo de explotación familiar ¿Cuál es entonces el problema, las declaraciones del ministro de Consumo o nuestra forma de producir y consumir?

A nivel mundial, la cría de ganado vacuno y porcino son dos de los principales responsables del calentamiento de la atmósfera, y nuestro país es el principal productor europeo de carne de cerdo, donde las granjas intensivas se sitúan en nuestra "España vaciada"; ¿Y qué generan allí? Pues entre otras cosas exceso de consumo de agua y contaminación de acuíferos por los residuos animales, o hacinamiento y sufrimiento animal. Y empleo, cierto, empleo, ¿pero es que no debemos cimentar el desarrollo rural sobre fórmulas sostenibles? O, pensemos, ¿es lo mismo un cerdito que mama de su madre dos meses que uno que es rápidamente destetado y alimentado en un cebadero?

Las campañas publicitarias de empresas de ganadería industrial nos trasladan un ambiente bucólico y una preocupación continua por la buena alimentación; nada más lejos de la realidad. Pero además en esta ocasión sumamos manipulación emocional nacionalista para intentar sacar votos ¿Es que piensan que los consumidores y votantes españoles somos tontos?

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios