La colmena

Magdalena Trillo

mtrillo@grupojoly.com

Candela Peña y las feminazis

¿De verdad pensamos que no hay más producciones de mujeres en los Goya o los Oscar porque no hay talento?

Alguna vez lo he confesado en privado pero nunca lo he asumido del todo: el momento más tenso que he vivido como directora fue una mesa redonda con compañeras feministas dirigido a mujeres feministas. Estaban las de bandera. Muchas de las que nos han abierto todas las puertas, que han construido los pilares de la igualdad en Andalucía, y algunas de las que han sabido avanzar subiéndose a la ola.

Confesaré además que no ha sido hasta la irrupción de los nuevos partidos, incluidos los ultras con sus oportunistas (des)interpretaciones de nuestros derechos y libertades, cuando he entendido que ser socialista y feminista no era un binomio inherente e indisociable. Que se puede ser feminista sin comulgar estrictamente con todos los postulados de la izquierda y hasta que se puede ser feminista siendo de derechas. No incluyo aquí perfiles del tipo Cayetana Álvarez de Toledo o Marie Lepen -para que no se me malinterprete con ejemplos de todo lo contrario- y vuelvo a mi día traumático...

Aquella tarde cuestioné las cuotas. Y provoqué incluso que una veterana me reprochara públicamente la osadía de mi juventud y mi ingratitud espetándome que las mujeres tenemos el mismo derecho que los hombres a ser tontas... Me ofendió entonces, lo he llegado a comprender después pero sigo sin compartirlo.

Lo he recordado esta semana con la polémica que ha surgido cuando Candela Peña ha declarado en una entrevista que, "si una directora es un truño y hace un mojón de película", no merece que se le dé dinero público "por ser mujer". Creo que lleva razón. Pero las palabras son importantes y el contexto también. Si de verdad queremos desacreditar a quienes enturbian los debates y ensucian el feminismo con medias verdades, no podemos dar la oportunidad de entrar en su juego. La protagonista de Hierro -no dejéis de ver la serie sólo por descubrir sus turbadores parajes- introduce en su discurso un (supuesto) respeto a todo, incluidas las "feminazis". Y lo hace en la víspera de un 8M, de la aprobación de la ley del sí es sí y cuando por fin un Gobierno sitúa el cine en su agenda reservando un 35% de las ayudas a las mujeres… Seamos claros, hay sectores que llevan toda la vida retroalimentándose entre colegas casi a modo clientelar. El periodismo es un ejemplo; el cine, otro. Si en los Oscar, los Goya o los César apenas hay producciones de mujeres, ¿de verdad pensamos que es porque no hay talento? A partir de esta simple pregunta, todo lo demás.

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