Graderío

Paco / Gamero

Buenos dividendos en la Champions

TRES de cuatro. No esta mal la cuenta de resultados de la Liga española en la Champions. Sólo falló uno, el Valencia, herido desde hace tiempo en luchas internas. El resto cumplió con la clasificación, y además con el derecho adquirido de ser cabezas de serie en el sorteo del viernes que viene.

El mejor de todos fue el Sevilla. El novato -antes había jugado la Copa de Europa tradicional, pero nunca la actual Liga de Campeones- se metió por derecho propio entre los 16 elegidos que, desde febrero, se van a jugar ya en un 'pierdepaga' sin descanso la copa de las orejas grandes.

Es en la competición doméstica donde más de lleno le dieron los impactos anímicos vividos por esa entidad. Porque en Europa, salvo en su 'estreno' en Londres, se ha mostrado intratable. Cierto que sus rivales no fueron de gran fuste, pero es que el Sevilla además de pasarles por encima lo hizo bonito. No soy sevillista ni mucho menos, pero hay que admitir que el segundo gol que hizo en Bucarest es para ponerlo de ejemplo de lo que es el fútbol.

Cumplió el Barcelona. Al 'tran-tran', sin mostrar su mejor versión, desplegando lo mejor de su fútbol con cuentagotas, pero haciendo los deberes sin demasiadas apreturas, dejando le sensación que, en este caso también, es posible que lo mejor esté por llegar.

Y también pasó el Real Madrid y creo que con la misma comodidad y solvencia, aunque el calendario quisiera que fuera el último en colarse. Aplicó, como suele ser su santo y seña en muchas ocasiones, la estrategia del mínimo esfuerzo. Le bastó con ser contundente en el momento justo. Fue suficiente, por ahora.

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