Surcos nuevos

Jaime De Vicente Núñez

Buenas ondas para el agro onubense

El programa de radio más veterano de España entre los dedicados a la agricultura desembarcó el sábado en Huelva. Puntualmente, como cada semana desde hace treintaiún años, a las 08:30 se escuchaba su sintonía en la Cadena Cope y agricultores de los cuatro puntos cardinales se disponían a contemplar el panorama cambiante de la diversidad agraria de nuestro país, sabiéndose protagonistas del mismo. Ese es quizá el principal logro de César Lumbreras, su creador y conductor, que, directo y didáctico, informa, comenta, pregunta, critica y traslada la palabra con naturalidad desde el director general de algo al experto bien informado o al productor que ofrece el testimonio vivo que la rigidez de la normativa deja frecuentemente sin respuesta.

El Centro Cultural de Caja Rural del Sur mostraba sus paredes vestidas de las impresionantes fotografías de Ángel Marcos, con las que Latitudes ha conseguido traer a Huelva grandes formatos de una Habana en la que la desolación de los desconchados de las fachadas es iluminada por un sol de esperanza. En las mesas montadas al efecto, el todo Huelva del mundo rural disfrutaba de un desayuno en el que el café se acompañaba esta vez de la nota de color de las fresas, las frambuesas, las moras, los arándanos. Pero si los paramentos verticales retaban a la vista y las superficies horizontales eran conquistadas por el sabor, el oído se entregaba a las ondas que invadían el espacio de la sala. A través de ellas llegaban también los compases de la música que, especiada a veces por la ironía, siempre oportuna, servía de hiato a las distintas secciones. Uno de los asistentes, Víctor, caracterizaba el programa como interesante, divertido y adictivo.

Agropopular fue también el sábado voz del agro onubense para que se conozca la paradoja de la falta de agua para el riego del Condado, en una provincia de generosas precipitaciones, como explicó el presidente de Asaja García-Palacios. O para que Antonio Refoyo hablara de la irresistible ascensión de las buenas variedades de fresas creadas en Huelva, con Primoris a la cabeza, frente a las procedentes de otros países que antes dominaban absolutamente el mercado. Y para terminar con música, tras la anécdota de un pequeño lío entre la sevillana y el fandango, como delicado regalo, estos versos de una canción poco conocida del gran Carlos Cano: "En una isla de fresa, tengo un amor con alas…"

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