Ansia viva

Óscar Lezameta

olezameta@huelvainformacion.es

Bochorno es poco

En Huelva se necesitan tanto inversiones, como que alguien dé la impresión de que realmente le importamos algo

Hace unos días, los empresarios onubenses reanudaron su campaña para protestar contra la falta de inversiones productivas por parte de las Administraciones. Sostenían que el tratamiento dado a la provincia producía "bochorno". La Junta tardó exactamente tres horas en darles la razón. Una cuestión previa; ni José Luis García-Palacios, ni Daniel Toscano se han echado al monte en las últimas semanas. Un servidor ha tenido la oportunidad de recoger sus declaraciones a lo largo de años y no dicen ahora mucho más de lo que sostenían hace unos meses; lo que ocurre es que ahora les han comenzado a escuchar y el ambiente preelectoral en el que vivimos instalados de manera permanente, hace que cualquier voz disidente, moleste más de lo debido.

Después de unos Presupuestos Generales del Estado birriosos, la Junta tenía la oportunidad de marcarse el tanto, de decir aquí estoy yo que sí me preocupo por ustedes, n o como otros. Bueno pues en una comparecencia como no recuerdo y son ya muchos años de relatar excentricidades, la consejera de Igualdad y no sé cuántas cosas más, hizo el gol de Abreu; la falló en el área pequeña y botando. La inversión más importante que tenía que acometer el Gobierno andaluz, iba a ser explicada por el consejero de Salud "antes de que acabe el año". De nada valieron las preguntas sobre la partida concreta que se destina a un centro que va a permitir a las mujeres que cometen la osadía de traer un niño al mundo, estar mejor atendidas. En el mundo en el que viven, parece importar poco. Lo trascendente es que venga un señor a anunciarlo. Lo cierto es que, además, vino y no lo anunció, porque ahora no tocaba.

Prisas para incluir una partida que no estaba para evitar la tragedia -no de carecer de esas instalaciones sanitarias, sino de pérdida de votos- y una enmienda para salir del paso, con una cantidad que saben que no se van a gastar, porque ni hay proyecto, ni suelo. Que ya vendrán, dicen; que ellos cumplen, dicen; que estará, dicen. Consideran que con eso, destinado sólo a quienes ya están convencidos, basta y sobra.

No se trata de ideología. Uno de los representantes más genuinos del movimiento de izquierdas que se extiende por Latinoamérica, el expresidente uruguayo Pepe Mujica, sostenía que no podía decirle a un empresario cómo gestionar una empresa con mil trabajadores porque él no sabía hacerlo. Un empresario que ejerza la política es un mal político; un político que se las dé de empresario, es incluso peor. En Huelva hemos llegado a un punto en que ni tan siquiera nos vale con una lluvia de millones, sencillamente sería suficiente con que a alguien le importemos algo. Aunque sólo sea un poco. Estamos tan mal que un servidor hasta se conformaría con eso.

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