Si usted, por voluntad de blindarse o por habitar en su propio limbo privado, es de esas pocas personas que orbitan en trayectorias ajenas del mundo digitalizado, quizá no conozca ese prodigio llamado bizum. La solución de pagos inmediatos por móvil recurriendo a su propia agenda del teléfono es una iniciativa que asocia a 26 bancos españoles, cuya fuerza de trabajo directa es de menos de diez personas. Aun así, en breve tendrá 20 millones de usuarios: padres y madres que dan la paga a sus hijos cada viernes, o arreglan en un minuto cualquier desavío o capricho familiar: un taxi de vuelta en la noche, un capricho en una tienda de Inditex, una cena de comida rápida a domicilio. Ya se puede pagar así al fontanero, y en la puerta de un establecimiento serrano, junto a carteles de "tomates del terreno" o "chorizo de venao" se lee "aceptamos bizum". El vídeo mató a la estrella de la radio, el móvil al fijo, Ryanair a las aerolíneas de bandera, y bizum a la transferencia. De momento, los grandes pagos, con su comisión inclemente, no se pueden realizar sino por la web del banco o la ventanilla -donde las haya.

Tras aquellos sucesos que causaron trauma y desafección con el sector, como el engaño de las preferentes o la crisis ladrillo-financiera, todavía hay resquemor entre los usuarios hacia el estamento bancario en este país, e incluso la mejora en sus servicios es objeto de malicia y desconfianza. Iniciativas de mayor de la eficacia y comodidad y menor coste de las operaciones son puestas en duda. Por ejemplo, así: "Esto del bizum es otro hombre de los caramelos aliñados a la puerta del colegio, que te regala lo que con el tiempo te hará un dependiente y un cliente desesperado; cobrarán por el bizum cuando nos tengan enganchados. ¿Recuerdas cuando te regalaban un móvil por comprar una oferta de chopped? ¿Cuánto cuesta ahora uno de gama del montón?".

Pero ese es un análisis simple y ofuscado. Puestos a maliciarse los porqués de este servicio que merma la comisión -un ingreso ancla de la banca diezmada y concentrada-, lo que hay detrás es el miedo a las tecnológicas como nuevos entrantes en su sector; la amenaza Silicon Valley. Una posible -lo es- banca Google o Amazon urge la digitalización de la banca-banca, por ejemplo bizum. Fidelización y defensa anticipativa. Puestos a elegir entre bancos y poder omnímodo y ubicuo de los reyes del panorama global -China incluida-, apuesto por lo conocido. Para liberales libertarios, un recordatorio: la concentración de poder es contraria al libre mercado. Por principio, y para evitar su fin.

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