El 128 también

El derecho a una vivienda digna, a un trabajo, a la salud… estarían por delante de la privatización

En los últimos tiempos la Constitución se ha convertido en una especie de vara de medir. Recuerdan algunos comportamientos al episodio que protagonizó Pizarro cuando, arrastrando la espada por la arena de la playa, invitó a los que lo acompañaban a cruzar la línea o volverse a Perú. Sólo trece cruzaron la línea, según las crónicas. Algo así pretenden hoy los que enarbolan el constitucionalismo, separar el grano de la paja, el bien y el mal, el villano del héroe. Olvidan muchos que esa Constitución es un texto para la convivencia. En cualquier caso: igual podemos aprovechar este interés tan entusiasta por el texto constitucional para conocerlo un poco mejor. Pronto haremos un puente muy jugoso a su costa, y estaría bien irnos a esquiar, a viajar por Europa, a subirnos a la sierra o a lo que cada cual haga en esas fechas con algún artículo bien aprendido.

Yo me he atrevido a traer uno de los artículos hasta esta esquina del periódico. En concreto el 128, que dice así: "Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general. Se reconoce la iniciativa pública en la actividad económica. Mediante ley se podrá reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio, y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general". Contundente artículo, sin duda.

Según el 128 lo primero es el interés general, incluso por encima de la propiedad privada, de la que se ocupa otro de sus artículos. Y el Estado puede intervenir para defender ese interés general. Así que bien podríamos llamar anticonstitucionalistas a todos esos que exigen la retirada del Estado de la economía, a los que piden menos intervencionismo, los que pretenden que el Mercado se regule a sí mismo por una supuesta buena voluntad que luego nunca llega.

Así, los artículos de Derechos y Deberes Fundamentales, serían prioritarios a la hora de orientar "toda la riqueza del país". Es decir, el derecho a una vivienda digna, a un trabajo, a la salud… estarían por delante de la privatización y la acumulación de los bienes, y de la misma forma que el Estado se reserva el derecho a controlar las reservas energéticas por cuestiones estratégicas también podría intervenir el mercado de alquiler para mantener a sus ciudadanos bajo un techo digno. Y como el 128 tantos otros artículos, hasta 169 que contiene la Constitución Española. Igual en vez de tanto enarbolarla como una espada afilada podríamos leerla y aplicarla.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios