Para esto

Es urgente la implantación de un porcentaje mínimo de votos para estar en el Parlamento

El lunes 3 de diciembre del año pasado una profesora de un instituto andaluz entró en la sala de profesores a primera hora de la mañana. Comentaban sus compañeros la jornada electoral en Andalucía del día anterior. Vox había sacado 12 diputados y condicionaba la gobernación de Andalucía. La profesora era el típico subproducto ideológico de la larga hegemonía socialista en la región. En un instituto, como en otros ámbitos de la función pública, o eras rojeta, progre, hiperfeminista, antitaurino y otras lindezas o, sencillamente, eras un apestado. Aquella mañana la profesora venía perdida, aturdida, grogui. Lo de Vox le pareció mucho más allá de lo soportable y nada más entrar se dirigió a sus colegas y espetó: "¿Para esto hemos votado?". Hoy esta criatura estará de baja, metida en la cama y meditando si merece la pena vivir en un país en el que, según su apreciación, hay casi cuatro millones de franquistas y de fascistas. Pobrecita.

Me quedo con la frase histórica de esta muchacha en un día como hoy en el que hay muchos listos que se preguntan lo mismo que ella. Pues mire usted, unas elecciones generales sirven para mucho. Por ejemplo para saber quién ha ganado y quién ha perdido o lo que es lo mismo, a quién aprecia la ciudadanía y a quién no. Han ganado votos Vox y el PP. Tienen más que en las anteriores elecciones. Los demás menos. El primero sube más de un millón de votos y el segundo unos seiscientos mil. Los demás han perdido votos. El PSOE mantiene la primera posición pero no puede ir ni a desayunar sin permiso de los demás. Y eso no es malo. Lo que es fatídico es que el permiso para ir a tomar café te lo den los enemigos de la Nación. Y no porque hayan sacado mucho votos, sino porque una inicua ley electoral lo permite. Sólo un ejemplo: los tres partidos separatistas catalanes suman casi exactamente los mismos votos que Ciudadanos. Aquellos tienen 22 escaños y estos no han pasado de 10. O acabamos con esta ley o esta ley acaba con España. Creo que debe ser la vez número quinientos que lo digo en estas páginas. Es urgente la implantación de un porcentaje mínimo de votos para estar en el Parlamento, como es en infinidad de países democráticos. Un 3% es un número muy aceptado. Cosa tan simple y clara nos libraría de estas bandas de enemigos de la Nación que utilizan las blandurrias leyes españolas para colarse y dinamitar la convivencia. Si alguien no acaba de verlo, decirle que Bildu, ETA, con el 1,5% de los votos tendrá grupo parlamentario con cinco diputados. Encantado pues de votar, una y otra vez, pero con otras reglas de juego menos sucias.

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