Saturados de noticias sobre la evolución de la pandemia, debidamente informados sobre la nueva cepa africana o la inutilidad de la vacuna AstraZeneca a cierta edad, se nos recuerda continuamente las medidas preventivas a tomar o el controlado aforo en los escasísimos actos culturales. En esta deplorable rutina, ante la ineludible información diaria y las axiomáticas afirmaciones de investigadores e investigadoras, aparece una insólita noticia sobre el Covid: Por encima de las determinaciones del Gobierno autonómico, se abren los bares en el País Vasco.

Los tres jueces que componen el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) han decidido, por unanimidad y sin temblarles el pulso, que ya está bien de quebranto económico y que no está demostrada la influencia de los bares en la incidencia del virus. Evidentemente, los bares de Euskadi han abierto sus puertas y con tanta euforia por parte de los hosteleros, que se diría que son los únicos afectados por los Ertes o por la crisis económica en todo el país. Curiosamente, salvo unas tímidas protestas del gremio de peluquería, no se conocen ruidosas protestas por parte del colectivo del turismo, el comercio o la industria, aunque lleven el mismo tiempo sin ingresos que los hosteleros.

Las justificaciones que esgrime el TSJPV parecen endebles. Primeramente, no se dispone de certezas sobre el virus, ¿Quién posee evidencias demostradas en un año de incertidumbres? Al principio se dudaba sobre la utilidad de las mascarillas, después que si quirúrgicas o FFP2, luego los efectos del tabaco…

Después de haber gastado litros de gel hidroalcohólico en metales porque allí estaban "adheridos los virus", ahora resulta que pululan por el aire. No obstante, el Alto Tribunal insiste en las evidencias… ¿Es posible que se hayan confundido y los jueces hayan dictaminado pensando que se trata del VAR? El Vídeo Assistant Referee permite a los árbitros revisar las jugadas y dictaminar más tarde ¿Imaginan lo bueno que sería disponer de un VAR en un bar? Sería la única manera de comprobar, una vez que aparece la "exaltación de la amistad", cómo la mascarilla se convierte en un collar, cómo afloran los besos y abrazos cómo se olvida la distancia de seguridad o la desinfección de manos.

Y por encima de todo, un hecho incuestionable: Los españoles, en general, somos de bares. En los bares, se come, se bebe, se debate, se ríe, se vive… ¿Y si solicitamos un Bien de Interés Cultural para ellos aunque aumenten los contagios? ¿Qué diría el TSJPV?

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios