Es como cuando un padre presenta a su hijo. Sonríe mientras el resto lo halaga y felicita. Es un momento feliz y siempre que se recuerda dibuja una sonrisa. Estos días ha pasado algo similar en Fitur, la Feria Internacional de Turismo donde cada provincia va a mostrar con orgullo a sus criaturas, a ensalzar sus cualidades y a vender todas sus virtudes. Huelva lo ha hecho una vez más con una familia numerosa de la que bien puede presumir, con turismo de interior, naturaleza, golf, sol y playa, y sin dejar atrás la parcela de lo religioso, que cada año va reivindicándose más.

Desde el pasado miércoles, han sido numerosas las actividades que se han presentado en Madrid para dar a conocer aún más el nombre de Huelva. Han sido innumerables los acuerdos de negocios para atraer visitantes al destino, hasta el punto de alcanzar el 20% de la facturación anual de muchos de los segmentos. También han sido numerosas las visitas que ha recibido el espacio que la provincia ha tenido en la capital de España; de hecho, desde el Patronato provincial se habla de un considerable incremento de personas que a muchos nos sorprendió de forma positiva.

Todo esto ha venido avalado por unas cifras prácticamente de récord que también se han hecho públicas esta semana y que hablan de más de un millón de viajeros alojados en nuestros hoteles, lo que deja un nuevo incremento respecto al año anterior.

Los datos señalan al turismo como un pilar fundamental, presente y futuro, como motor de desarrollo económico, social y medioambiental a nivel mundial. El potencial es innegable y es determinante saber qué hay que hacer a la hora de que un país, región, ciudad o empresa turística sea viable.

¡Ay!, la cara que se nos puso a más de uno el miércoles cuando camino de Madrid se cayeron las monedas, vasos y todo lo que estaba sin agarrar en el vagón del Alvia que nos conducía a esa muestra internacional. Podía haber sido algo puntual, pero no. Ya de vuelta, Atocha fue testigo de las colas de pasajeros porque una vez más pasaban más de quince minutos sobre la hora prevista de salida y aún no había vía asignada para el trayecto de Madrid a Huelva. Y por si fuera poco, el traqueteo insoportable en algunos tramos del viaje… Menos mal que nuestra subdelegada del Gobierno viajaba como una más (en clase turista) y fue testigo de ello; así podrá explicar a su colega Ábalos las condiciones de viaje que se ofrecen a los onubenses... ¡Ay!, si nos dieran un poco de lo nuestro… Lo mismo que el alcalde reclamó para Huelva ayer, en el acto de entrega de medallas y distinciones de la ciudad, donde aprovechó para mostrar el firme compromiso con las infraestructuras. "No nos regalan nada -dijo- sino que nos permiten tener las mismas oportunidades que los demás". Ahí queda. Por cierto, del aeropuerto para que los turistas extranjeros puedan llegar en un tiempo razonable y contribuyan a romper la estacionalidad hablamos otro día.

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