Resulta gratificante leer en la prensa local una referencia l cumplimiento de quince años en la implantación del autotrasplante de médula ósea en la Cartera de Servicios del Hospital J. R. Jiménez.

Quien escribe, jubilado, pero no alejado de la actualidad médica y, más aún, de mi especialidad como hematólogo, recuerda con satisfacción la época referida y con afecto personal e incluso amistad con muchos de aquellos compañeros, auténticos profesionales, cualquiera que fuese su misión en el Servicio de Hematología, y verdaderos enamorados de su especialidad como de la búsqueda de la excelencia en la asistencia, atención relación con los pacientes.

Esto, fue siempre santo y seña de la actividad cotidiana desde la fundación del Servicio, allá por los finales de los años sesenta y de lo que se fueron impregnando todas las generaciones que allí se formaron y desarrollaron su actividad que, afortunadamente, continúa a día de hoy, muestra de ello es el "cumpleaños" referido.

No leerán un solo nombre de las personas a las que me estoy refiriendo porque si algo caracterizó siempre al Servicio de Hematología, fue su coordinación interna y su trabajo en equipo, a pesar de la complejidad y la enorme dimensión de la Especialidad: Cínica, Laboratorio y, por entonces, también Banco de Sangre.

Naturalmente, existe un criterio jerárquico y organigrama funcional que en el caso del autotrasplante es clarísimo, desde la candidatura del paciente que evalúan los clínicos, hasta la recogida y congelación de células para pasar por la infusión de las mismas y el control durante el periodo más crítico - el aislamiento - ejercido por enfermería… siempre en plena cohesión con el médico responsable junto con el personal del laboratorio hematológico y de hospitalización. Comprenderán que hace quince años para conseguir la acreditación y autorización para su realización, hubo que elaborar una amplia Memoria con los protocolos procedimientos y hasta una Guía para pacientes y familiares - ahora en fase de actualización - en la que fue decisiva la colaboración del personal administrativo del Servicio.

Como ven, no es necesario dar nombres quienes lo vivieron y conocen el Servicio de Hematología saben quienes fueron, dentro del mérito de todos, fundamentales. Hubo que pasar la evaluación por hematólogos foráneos - Valencia y Madrid - con revisión exhaustiva y previa de la Memoria, instalaciones y comparecencia presencial de los dos Supervisores: Planta 4.1 y Laboratorio junto con el Jefe de Servicio. Por fin, dos detalles, se eligió como Onubense del Año y se premió por la Diputación Provincial a la Unidad. Sí debo destacar: más de 200 familias se han beneficiado de esta técnica sin salir de la provincia y hacer patente "mi orgullo y enhorabuena a quienes lo iniciaron, continuaron y, ahora, lo continúan", como dice nuestra gran Secretaria de entonces.

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