Armas peligrosas

El escándalo de los másteres y de la tesis de Sánchez perjudica a la clase política y a las universidades

Hace poco, entre un conjunto de papeles, me apareció un cuaderno de cuando estaba en la enseñanza primaria. Pensé en tirarlo pero decidí ponerlo a buen recaudo, no vaya a ser que cualquier día me cuestionen esos estudios y me vea obligado a presentar pruebas de que los realicé. Bromas aparte, hay que decir que, hasta ahora, a nadie se le pasaba por la cabeza que los trabajos universitarios de posgrado terminarían convirtiéndose en armas arrojadizas en el terreno político; armas tan peligrosas que han conseguido derribar a la presidenta de una comunidad, Cifuentes, y a una ministra, Montón. Además, ya veremos qué pasa con Pablo Casado y adonde llega el dardo lanzado por Rivera contra Pedro Sánchez sembrando incertidumbres sobre la tesis de este último. ¡Quién lo iba a decir! Las informaciones, aunque no iguales, que han salido relativas a los cuatro han escandalizado a la sociedad, como la no asistencia a clase en cursos presenciales, la modificación de actas o la evidencia de páginas plagiadas de otros autores o de Wikipedia. Eso ha dado lugar a investigaciones por parte de la Universidad Rey Juan Carlos y a procedimientos judiciales. Cada uno de los afectados manifiesta en su defensa que su caso no es como el de los otros y que sus estudios son totalmente válidos porque hicieron lo que le pidieron, pero la situación a la que se ha llegado, lleven razón o no, hace que el ciudadano común no asuma la presunción de inocencia y no crea a ninguno de ellos, lo que en última instancia no sólo perjudica a la clase política sino también a las instituciones universitarias y, especialmente, dentro de estas a los títulos propios y a los másteres oficiales. Dadas las circunstancias, tal vez sea el momento de reflexionar sobre los estudios superiores; la financiación de los centros públicos; el irrealista Plan Bolonia, teniendo en cuenta que no se destinan los recursos suficientes; la consideración del alumno como cliente; la organización departamental y sus atribuciones, etc. Por supuesto, es mucho por hacer pero es algo muy necesario. El problema que tenemos es que desde hace unos años, en España, lo que ocupa fundamentalmente la agenda política, de lo que se habla y en lo que se invierte más esfuerzos es en todo lo relacionado con el independentismo catalán; lo demás queda desplazado por este asunto. De todas formas, no sé si la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE) ha debatido este tema y si va a tomar medidas, pero debería.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios