Sólo Osasuna, Osasuna, Osasuna? A ganar y punto. El Recreativo no le queda comodín en la baraja para más jugadas. La mejor oportunidad de acercarse al ?bonus? de la permanencia. El vestuario lanza una opinión de querer y poder, de asumir la recuperación anímica para asaltar el Reyno de Navarro. La tensión no debería traspasar la línea de la ansiedad para bloquear la mente del jugador. Partido de alto voltaje y preparación de una verdadera final.

Borrón y cuenta nueva. Nunca mejor momento que el presente de olvidar las secuelas de todo lo que se ha hecho mal y pensar exclusivamente en lo que se avanzaría a partir de una victoria para recuperar el terreno perdido. Teoría fácil de explicar y complicado de aceptar en la práctica, pero los profesionales deben asimilar esta trascendencia, de sentirse implicados. Osasuna y Recreativo ya sabían de antemano que a estas alturas de la Liga estos hechos eran previsibles porque casi todas las combinaciones le metían en la lucha por sobrevivir.

El don y la guía de los banquillos serán claves. La experiencia de Camacho y la estrategia de Alcaraz fuera. Entre el consejo y ofrecerse para dar tranquilidad a un grupo donde hierve la sangre y la arritmia amenaza a los corazones. Una semana donde las sesiones de trabajo han buscado reducir la sensación de angustia, que no merme la confianza de los jugadores en sí mismos. La victoria será importante para Osasuna, con cuadre de las cuentas; muy decisiva si el triunfo fuera del Recreativo para ajustar su balance de resultados. Osasuna lleva 10 temporadas seguidas en Primera desde aquel último ascenso en el 2000 donde envió al Recreativo a Segunda B. El Recreativo se autoimpone la presión de ganar. Otra cosa es que le afecte en exceso por la obligación de no reservarse e ir a por el partido. Apertura del juicio final. Un dato: Alcaraz nunca perdió ante Osasuna con cuatro victorias y tres empates. Ahora, el reto de la misión posible.