Indudablemente uno de los problemas que mas se acusan en las ciudades es el de los aparcamientos. Y no me diga nada si el aparcamiento tiene que situarse en una playa en periodo veraniego.

Las molestias para dejar el auto en un pueblo costero, cerca de la playa, son de primera categoría, el precio de las maquinas recaudadoras de estacionamiento por tiempo, una barbaridad, los robos o deterioros en los vehículos aparcados, están a la orden del día. Y pare usted de contar.

A todo esto, puede unirse otra cuestión más, la que trata de aparcar en las calles de un pueblo de veraneantes, donde hay que sumar a los miles de habitantes del mismo los muchos más miles que llegan a él a disfrutar del estío, llenando las arcas municipales con los impuestos anuales, para viviendas de segunda residencia que carecen de las más imprescindibles comodidades que un núcleo turístico debe tener.

En nuestra provincia se está dando el caso de que cada año se nota más la diferencia entre un municipio costero y otro. Algunos de los mas famosos nacidos no hace muchos años, han ido desarrollándose con imaginación moderna, con sentido de proporcionalidad y cálculos de infraestructuras normales, es decir con sentido común. Sin embargo, existen otros municipios, algunos de importancia supina, que nacieron en tiempos difíciles económicamente a los que se añadía muy poco o ningún sentido común por sus munícipes, causando, creo que sin intención y si mucha ignorancia, un daño irreparable. Ahora, tristemente, es casi imposible cambiar.

Para muestra basta un botón. Pongamos por ejemplo el mas cercano a la capital y el más populoso en numero global de visitas y estancia: Punta Umbría.

Los aparcamientos en esta bella playa en 2021 están siendo algo increíble. Punta Umbría entera de cabo a rabo, es un inmenso parking. No hay libre ni calles, ni caminos, ni veredas incluyendo terrenos de pinares. Algo monstruoso. Una autentica desesperación para quien allí viven o desean pasar unas horas. Muchos se preguntarán que ha sucedido para que esto ocurra. Solo una mala planificación de estructuras. Un no pensar con sentido de progreso cuando este estaba llamando a sus puertas. Ahora no queda mas que aguantar o lo peor decepcionar a muchos que tienen que cambiar de elección, con las consabidas pérdidas económicas para el lugar

Últimamente se están abriendo lugares para poder aparcar, se aprovechan laderas de arenas para dejar los coches, se inauguran algunos garajes, muy pocos, se habilitan solares para dejar los vehículos durante el verano, pero el problema subsiste. No le vemos remedios.

Y esto que vemos en Punta Umbría, también lo padecen otras playas cercanas a ella, donde la masiva, afortunadamente, presencia de turistas nacionales, se encuentran con molestias insalvables.

¿Cómo solucionar esta cuestión? Sólo una planificación adecuada y prohibiciones de estacionamientos en los puntos clave. Y por supuesto más educación cívica a muchos conductores y más vigilancia en temporadas precisas.

Si queremos lo mejor para Huelva, hagamos las cosas bien desde el principio. Después, ya ven lo que pasa.

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