La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

¿Por Andalucía o por los cargos?

Lo grave no es lo que ha tardado el pacto, sino su contenido: el reparto de cargos y dinero, nada de programas

La izquierda a la izquierda del PSOE llega a la campaña electoral andaluza en las peores condiciones posibles: dividida, endogámica y pidiendo perdón a los electores por el esperpento del acuerdo para la gestación e inscripción legal de su candidatura (Por Andalucía). Uno de sus componentes principales, Podemos, no ha podido registarse como miembro de la coalición por un error más o menos involuntario, aunque se incorporará a las listas. Está, pero no está.

Después de medio año de contactos, reuniones, conciliábulos, mediaciones e intrigas -incluyendo la búsqueda ansiosa de un independiente como cabeza de cartel, el mirlo blanco que nunca se termina de encontrar-, la convocatoria del 19-J los pilla sin los deberes hechos. Ni se ha recuperado al grupo de Teresa Rodríguez ni los demás han sido capaces de articular una plataforma política atractiva, unitaria y abierta más allá del espacio tradicional de la izquierda radical en Andalucía.

Lo más grave no es que estos partidos, semipartidos y grupúsculos hayan llegado a las elecciones andaluzas en una coalición cogida con alfileres y una unidad más aparente que real. Lo más grave es el contenido del pacto alcanzado a última hora. Porque ahí no hay nada remotamente parecido a un programa electoral, ni siquiera una declaración de principios o el apunte de un proyecto para Andalucía. Lo que hay es un acuerdo para el reparto de escaños, cargos adscritos a los mismos y dinero de las subvenciones. Por Andalucía no presenta una oferta a los andaluces, sino que se hace una oferta a sí misma para distribuirse sus dividendos electorales. Allí están el número de cabezas de lista para los partidos más relevantes (4 Podemos, 3 IU y 1 Más País), la tajada que corresponderá a cada uno (40% IU, 60% Podemos), la cuota de portavoces y viceportavoces, y hasta el número de preguntas parlamentarias que podrán hacer los diputados de las organizaciones firmantes. ¡Incluso han negociado quién representará a Por Andalucía en el Consejo Audiovisual o en Canal Sur! Ningún tiempo para los problemas de los andaluces, todo el tiempo para distribuirse los beneficios de una votación que los andaluces aún no han realizado. Seis meses negociando desde la más absoluta desconfianza mutua para demandar la confianza de los ciudadanos.

Lo único positivo de este pacto de intereses es la candidata elegida, Inmaculada Nieto, persona seria y brillante parlamentaria, que ha empezado por pedir perdón.

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