Resulta comprensible y hasta lógico que el nuevo director deportivo de la entidad blanquiazul precise de un tiempo de adaptación a la ciudad, al club y al entorno. Como también debiera esforzarse en asimilar cuanto antes que la entidad a la que pertenece es distinta a otros muchos clubes. Todo lo que rodea al Decano trasciende sobremanera en su fiel afición. Hace días pecó de bisoñez cuando aseguró que en una semana estaría firmado el nuevo entrenador. Pasaron siete más de lo anunciado y la primera opción se esfumó dejando tirado al Recre y dañando con ello la imagen del club. Conviene que Alejo no se precipite en sus promesas y actúe con serenidad.

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