POR lo menos al Recre no le debe coger el toro. Hay tiempo. Porque faltan dos meses para que empiece la Liga.

Lo digo por los berenjenales en los que se mete el Recre, sin intención, a la hora de fichar. La pasada campaña fue Ersen Martin el que hizo trabajar de lo lindo a los rectores albiazules en la búsqueda de una solución a su traspaso del Trabzonspor. Ahora todo apunta que con Sebastián Nayar va a ocurrir algo parecido con el Boca Juniors. O puede que no.

En el peor de los casos ahora el Recre tiene tiempo. Se pueden ver las cosas desde otro prisma y cualquier paso se debe dar sin correr riesgos innecesarios apremiado por las prisas de una competición en marcha. Además, y tocamos madera, otro detalle diferencia el asunto, y es que el argentino, a la inversa del turco, no viene lesionado.

Lo importante es que el Recre tenga las ideas claras. Doy por sentado que el Decano conocía a la perfección las complicaciones que iban a surgir en esta operación, incluso desde el mismo momento en que se sentaron a negociar con el jugador. Los técnicos albiazules, como todo hijo de vecino, no están exentos de una equivocación -a veces como consecuencia de un engaño-, pero casi estoy por asegurar que aventuras arriesgadas no corren ni una. Saben lo que supone la pela para este club como para ir arriesgando el que es su sustento: saber emplear el poco dinero con el que se manejan y con el que ya han conseguido dos permanencias.

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