Hoy por hoy parece que el único túnel al que no se le ve una luz en el fondo es el tristemente famoso Túnel de San Silvestre. Porque la luz a la que nos referimos es la solución de los graves problemas hídricos que tiene planteados la provincia de Huelva. Un déficit en este tipo de estructuras como tantos otros en aspectos también vitales para el desarrollo económico de estas tierras. Y todo ello pese a que en 2018 el Gobierno anunciaba la ejecución de unas obras, declaradas de Interés General del Estado para garantizar el trasvase de agua de la cuenca excedente del Tinto-Odiel-Piedras para suministrar 19,9 hectómetros cúbicos y fijar la estabilidad del acuífero Almonte-Marismas del Parque Nacional de Doñana. Todo esto es público y notorio y lo recuerdan o deben recordarlo todos los empresarios agrícolas de Huelva.

Si la llamada "guerra del agua", al menos denominada así por estas latitudes, siempre ha estado vigente, ahora se ha abierto con mayor intensidad cuando se anunciaba la revisión del Plan Especial de la Corona Norte del espacio protegido por parte de la Junta de Andalucía, según la propuesta de PP, Ciudadanos y Vox, el también llamado "plan de la fresa", comarca agrícola que produce el 80% de los frutos rojos de la provincia de Huelva que requiere del agua que asegure el riego superficial de sus cultivos tradicionales. De inmediato manifestaba su rechazo a esta revisión la Mesa Social del Agua porque según ella: "se da un paso en falso generando expectativas en el sector, que no tiene ninguna garantía de disponibilidad de agua y ejercerá competencias desleales entre agricultores". Diversas entidades, organizaciones de regantes y ecologistas, incluida la UNESCO, advertían sobre la repercusión que la proposición puede tener en la "conservación" del Parque Nacional de Doñana, un Bien del Patrimonio de la Humanidad desde 2014. Inevitablemente en esta espinosa cuestión vital en la administración de los recursos hídricos en zona de tan especial sensibilidad, el tema de Doñana es crucial, capital y por supuesto incuestionable en su preservación. Pero no puede servir de coartada permanente para no afrontar ya, directamente, las soluciones que el problema del agua, especialmente en estos territorios agrícolas, tiene planteados Huelva.

Así las cosas es incomprensible que no se reclamen con el mismo énfasis con la misma contundencia la ejecución de las obras declaradas de Interés General del Estado para asegurar el trasvase de agua como indicábamos al principio. Es por lo que, además del desbloqueo de la presa de Alcolea, es urgente el desdoble del túnel de San Silvestre, de cuya obra depende una gran parte de la agricultura, el turismo, la industria y el abastecimiento de agua de la provincia. Esta obra, tengo entendido pretendían costearla los propios agricultores y la Junta de Andalucía pero el Gobierno se opuso. ¿Se ha pensado en que ocurriría si se obstruyera el túnel para la ciudadanía, la agricultura y la industria de Huelva?

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