El Malacate

Javier Ronchel

jaronchel@huelvainformacion.es

Adiós al Ministerio de Cultura

La salida del Ministerio de Cultura del Patronato de la Fundación Festival de Cine Iberoamericano de Huelva se ha consumado esta semana después de que se avanzara en noviembre pasado. Desde entonces, ni ha habido marcha atrás en la decisión ni al menos una tregua para dar aire al resto de patronos, Ayuntamiento de Huelva, Diputación y Junta.

Esta marcha ha coincidido con la materialización del compromiso adquirido previamente por estas tres administraciones de incrementar sus aportaciones para relanzar la muestra. La vista está puesta en la 50 edición, que asoma en el horizonte para reivindicar y recuperar su papel clave en el desarrollo del cine en español y portugués en el mundo, como así ha sido casi siempre.

La ausencia del Ministerio ahora no es un freno pero sí supone cierto desamparo. El apoyo del ICAA durante años, el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales, ha sido, dentro del Patronato, más que una inyección económica, un gran aval institucional. Es lo que debe corresponder a un festival de cine que, más allá de su historia y trayectoria únicas, posee unos fundamentos que no han llegado a igualar otros certámenes de primera categoría internacional, ni otros nacionales que han tratado de quitar gran parte del pastel que es ahora el cine iberoamericano.

Si hay una cita de cine en España con gran sentido de la utilidad pública, esa es la de Huelva, que tampoco encuentra igual en la necesaria relación de hermandad que debe tener este lado del Atlántico con el continente americano. Le ha faltado al Ministerio altura de miras para entender que el apoyo al Festival de Huelva está por encima de una consignación económica anual o de la pertenencia a un órgano de gobierno institucional. Al menos, una salida más elegante dejando un par de años de margen para reconfigurar la organización interna y económica, para afrontar con más garantías los retos que se le plantean a medio plazo.

No sabemos si habrán pesado más los celos y presiones de otros festivales españoles pero las ayudas por concurrencia competitiva son un premio de consolación menor que ni garantiza subvención anual ni el aval institucional de antes, y relega al Iberoamericano al mismo escalón de otras citas culturales de menor entidad.

El Ayuntamiento sí ha respondido casi cuadruplicando su cuota hasta 350.000 euros, y la Diputación lo duplica a 120.000, mientras la Junta asegura 83.000 y promete doblarlo también cuando esté en disposición de aprobar un presupuesto. En total, más de 600.000 euros para este año que invitan a mirar adelante. Toca mirar al futuro.

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