La otra orilla

Acta notarial

La economía del dividendo y el beneficio debe dar paso a una nueva que ponga a la persona en el centro

Se dice que un periodista tiene que ser un notario de la realidad. Esto pretende ser, humildemente, este artículo, un acta notarial que refleje lo que está ocurriendo en nuestro país en estos días de confinamiento, en esta lucha agónica contra el coronavirus, que se ha hecho "carne" y está habitando entre nosotros.

Este articulista, a la vista de lo que está ocurriendo, certifica que es la clase trabajadora la que está sacando el país adelante, la que está permitiendo que la vida siga. Son los médicos/as, enfermeros/as, celadores, limpiadoras, auxiliares los que están luchando en primera línea de batalla contra la letalidad del virus. Son los camioneros, los transportistas, los reponedores, las cajeras de los supermercados, los pequeños comerciantes, los kiosqueros, los trabajadores del campo, carniceros, pescaderos, fruteros, los que permiten que a nuestra mesa lleguen alimentos.

Son las empleadas de hogar, las cuidadoras las que se juegan la vida para que nuestras casas estén limpias y nuestros dependientes cuidados y atendidos, trabajando precariamente, en la economía sumergida, con bajos salarios. Son los maestros, los profesores que con sus clases y actividades on line mantienen la educación de nuestros hijos. Son los investigadores, ésos que tenían que emigrar los que se están dejando las cejas y las pestañas en la búsqueda de soluciones. Ellos y ellas son los que hacen la patria de cada día.

Los ricos ni están ni se le esperan. Si hicieran una huelga en estos momentos no lo notaríamos.

Son patriotas del dinero. Nunca se sitúan en primera línea de fuego.

Este articulista certifica que los popes del neoliberalismo, los poderes financieros, los defensores de la autorregulación del mercado, de la privatización de servicios públicos básicos -educación, sanidad- y de servicios estratégicos -luz, gas, agua-, exigen ahora al Estado, a lo público, que se haga cargo de las pérdidas económicas que esta pandemia está provocando. El sistema neoliberal ha fracasado, ha muerto víctima del corona. La economía del dividendo y el beneficio debe dar paso a una nueva economía que ponga a la persona en el centro, una economía que se aleje de la precariedad, de los bajos salarios, de la privatización de lo público.

Y mientras esto pasa otro virus de nombre parecido al corona, de hecho sólo varía en una vocal, amenaza con poner patas arriba nuestro país, pero eso es otra historia.

De ello doy fe en Huelva a 26 de marzo de 2020.

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