Como decía aquel mítico anuncio televisivo de Marca, "… Y, por supuesto, fútbol". Llegó, menos mal. El que aquí escribe lleva veintiuna semanas, desde la vuelta al ruedo tras el paréntesis del estado de alarma y demás anomalías 0 -tampoco es que la cosa esté mucho más tranquila ahora-, hablando de mil asuntos para intentar entretenernos un poquito cada martes, que demasiada calamidad hay ahí fuera. Han sido cinco meses en los que esta platea se ha acordado de la cantera, de la gestión, de la figura clave del entrenador, de la nueva liga, de tradición, del estadio, de jugadores, de la afición… De lo divino y de lo humano, vaya. Demasiados meses sin la pelota rodando, así que ustedes perdonen lo ya escrito y lo que está por escribirse, que no es poco lo que llega.

El aperitivo lo tuvimos el domingo con lo de Torredonjimeno que vino a ratificar que, en muchas ocasiones, ni el dinero, ni la historia ni el escudo suelen valer para salir airosos, pero el primer plato, el de verdad, llegará este fin de semana rodeado de buen vino en Sanlúcar de Barrameda. Y pronto regresará el fútbol al Colombino, aunque ya veremos cómo.

Vuelven los nervios, las angustias, las alegrías, las decepciones, los microinfartos, las dudas, los sueños… Nos subimos al tobogán de una campaña que será histórica para bien o para muy mal. Yo creo que ya es hora de que se nos acaben los desaciertos y la mala suerte; hasta hace poco, incluso los gatos negros se cambiaban de acera al encontrarse de frente con el Decano. Es el momento de dar un salto hacia adelante y caer de pie. Ojalá vuelva ese continuo cosquilleo en la barriga -como el de hace dos campañas- que era pura vitamina, pero como el curso salga rana no habrá más remedio que pedir cuentas, apretar los puños (otra vez), sacar fuerzas de donde las haya (otra vez) y recordar de dónde venimos, lo que somos y lo que defendemos (como siempre). Será la novena campaña consecutiva que este humilde periodista saque la cabeza cada semana por aquí, así que mil gracias por sus críticas y por su compañía. Tomen asiento, que la montaña rusa arranca. Y recuerden ese lema: si vienen mal dadas sufriremos, pero si lo que viene son tiempos de gloria, la fiesta… será irrepetible…

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