Análisis

JOSÉ ÁNGEL GONZÁLEZ

El tiempo de un Recre atemporal

El tiempo parece que atempera las pasiones, que las relaja, e incluso las hace olvidar. El tiempo acaba poniendo a todos en su sitio aunque a veces llega más tarde de la cuenta y hay quien no lo puede disfrutar. El tiempo, en ocasiones, hace que se olviden las cosas, que acaben atrapadas en un espacio pretérito indefinido, condenados a repetirlas. Y también el tiempo te regala siempre una nueva oportunidad.

Hoy, en este tiempo que le ha tocado vivir al recreativismo, siento la emoción a flor de piel porque veo que el momento es ahora, y es ahora cuando llega el instante de cobrarnos todas las lágrimas derramadas, todas las horas de trabajo, todo el sufrimiento, toda la pelea en la calle y toda la vida entregada por los colores del Recreativo de Huelva. Como ya pasó en otro siglo.

El tiempo derroca lo que no se ama y hace vencedor lo auténtico. Y todo el corazón que hay en el recreativismo es de verdad. Tan de verdad que muchos onubenses, miles de ellos, se rascaron el bolsillo para sacar de casa lo que necesitaba el Decano para que siguiera viviendo. Como viene pasando toda la vida.

Los recreativistas entregaron su dinero, entregaron su tiempo, entregaron su talento, entregaron sus ideas, entregaron su día a día por un escudo y unos colores que son, indiscutiblemente, el emblema y la bandera de Huelva. Como fue siempre. Hay mucho más que fútbol detrás del Recreativo de Huelva en sus 129 años de vida. Por eso, generación tras generación, de bisabuelos a hijos, cada vez que salta al campo, en el Velódromo, en el Municipal o en el Nuevo Colombino, la emoción lo inunda todo. Porque ni el tiempo es capaz de aplacar la pasión que levanta el atemporal Real Club Recreativo de Huelva.

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