En los días previos de la Cuaresma la ciudad de Huelva tuvo una llamada muy especial. La realizaban desde el Centro de Transfusión de Sangre, el lunes y martes previo al Miércoles de Ceniza.

Una llamada a la solidaridad ante la llegada de la Semana Santa. Ocurre que, como anuncian, es un tiempo en el que las donaciones de sangre bajan, por aquello de que este tiempo celebrativo y de vacaciones lleva a la gente a estar pendiente de otras cosas, pero a la vez se produce un repunte en las necesidades de los bancos de sangre por el mayor número de accidentes de carretera.

Es, por tanto, una atención solidaria muy necesaria y un gesto altruista para quienes lo realizan pleno de satisfacción.

Hace unos años, no muchos, una hermandad hizo esta propuesta a sus hermanos de la donación de sangre y a día de hoy algunas otras lo vienen también haciendo.

Esta llamada al inicio de la Cuaresma me resultó francamente muy especial, que nos alerta a los cofrades de que tenemos que estar en este mundo que nos rodea. La macrocolecta de donación de sangre es una magnífica idea para los cofrades, que pueden tener aquí en años venideros una ocasión para participar en un acto en el que de alguna forma puedan realizar desde las hermandades una gran llamada a la ciudad, compartiendo estos objetivos del Centro de Transfusión de Huelva.

Seguro que en esto ocurrirá como en las campañas de caridad en Navidad que iniciaron algunas cofradías y hoy es objetivo de todas. Sin embargo, hace falta una actuación conjunta en la que también se visualice esa presencia en la sociedad.

Estas son iniciativas a promover desde el Consejo de Hermandades, que no debe estar solo para la instalación de los palcos, además de otras importantes gestiones en la representación de las cofradías.

Es necesario este tipo de objetivos, aquí sí hay que volver a mencionar que estamos ante el colectivo más importante de la ciudad. Eso se debe demostrar en acciones en las que una hermandad puede y debe promover actividades solidarias como es el caso de ofrecer nuestra sangre. Es la mejor manera de visualizar esa sangre a derramar que aún se reitera en la tradicional profesión de fe de los cultos de las cofradías.

Esta es hoy la sangre que se necesita, la del esfuerzo comunitario ante lo que la sociedad nos reclama.

Este año se cumplen diez del gesto solidario de Cuaresma, una iniciativa planteada por el obispo de Huelva, José Vilaplana, al acceder a la Diócesis. Poco a poco fue calando en todos y es una realidad más allá de las propias hermandades, sino que el compromiso es asumido con bastante ilusión por parroquias y otras asociaciones de la Iglesia.

Se destina al Hogar Santa María de los Milagros, un proyecto que lleva a cabo Cáritas con la aportación muy directa de todas las hermandades, no solo de penitencia. No fue fácil convencer, pero ahora es una realidad que en el sustento de este proyecto está la labor de las hermandades. Eso también es bueno decirlo y así que todos vean el destino de ese euro que por hermano va cada año a la gente que en verdad lo necesita.

Las hermandades tienen que dar a conocer estos gestos, porque la Caridad debe ser hoy día el primer objetivo, la atención solidaria, el estar en el mundo.

Cuando se hace un programa en las cofradías para el año se debería abrir con la obra social y luego que venga lo demás. Hay que buscar fórmulas para ilusionar a los hermanos. En Caridad, siempre un diez.

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