Análisis

Juanma G. Anes

Del renacimiento, Pavón y el Trust

Seguro que el nuevo entrenador del Decano ha tardado poco en darse cuenta de que, como normal general, a los seguidores recreativistas les hace falta muy poca cosa para hacerles cosquillas en el estómago. Junto al anuncio de ciertas renovaciones y de los nuevos fichajes, su presentación ha reactivado en el cerebro de muchos albiazules el compartimento '¡Mira que si este año…!', lugar que se reaviva en el personal cada mes de julio -últimamente con más ansia de alegrías que fundamentos futbolísticos, eso sí- y que, tristemente, a los aproximadamente 60 días suele quedarse en el sueño de una noche de verano. Como uno también ha caído a veces en esa trampa, en mi cabeza ya sólo se enciende el sensor '¡Mira que si este año se arregla lo de Hacienda…!' y, a partir de ahí, licencia para soñar lo que haga falta, por supuesto.

Soñar no sé si lo hizo, pero pesadillas sí que tuvo Pavón, como tuvimos todos, el pasado curso. Su no continuidad al frente del primer equipo -aún sigue perteneciendo al club, no lo olvidemos- es comprensible y respetable; nuevo proyecto, nuevas ideas. Desde este rincón se espera que el día que se desvincule totalmente del Decano (si es que eso, como parece, llega a ocurrir), tenga una despedida como se merece. No me cabe duda de que por parte de la propiedad y del actual consejo de administración no se pondrá ninguna pega al respecto.

Y en este tiempo en el que se conjugan ilusiones y dudas (lo raro sería que, tras lo vivido recientemente, estas últimas no estuvieran permanentemente presentes), la confianza sólo se gana con más hechos que palabras. Comprobado que los nuevos gestores deportivos y económicos guardan sus discursos (a mí me sigue pareciendo falta de tacto, pero bueno), reconozco que es preferible hacer mucho y hablar poco que lo contrario. Como antes o después todo se conocerá, esperemos que no se haya tropezado, otra vez, con la misma piedra, y me gustaría que a evitar esa y otras piedras también ayude el Trust, cuya embrionaria rebeldía fue fundamental para que el equipo más antiguo de España siga hoy vivo. Que ni esa rebeldía ni la exigencia primaria la pierda nunca porque, si no, perderemos todos.

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