Análisis

mANUEL cAMACHO

Ya no quedan inocentes en el Recre

El lumbrera que escribió el comunicado del Recreativo de Huelva en respuesta al que hizo la plantilla el pasado domingo se ha cubierto de gloria bendita.

No ha podido estar más desacertado. Ha sido como si el Betis le hace la campaña de abonos al Sevilla, por ponernos en la máxima rivalidad. Lo único que ha conseguido es echar tierra sobre la figura del presidente, que fue el que firmó los contratos de los futbolistas y del entrenador. Además, menos comunicados y más atenciones y visitas al plantel, que según han manifestado se sienten solos desde hace mucho tiempo.

Que viene el lobo, que viene y se come las ovejas. Ha sido como predicar en el desierto. Y mira que se ha dicho. Hasta que las ovejas fueron devoradas. Porque ahora ya están todas las cartas encima de la mesa. Ahora ya no cuela que son invenciones de la prensa. Lo ha dicho la plantilla y lo ha corroborado el entrenador.

Todo esto determina que el Recre es un auténtico desastre. Gente defendiendo una verdad sobre las mentiras de otros. Algo que resulta intolerable. La pregunta es: ¿Hasta que punto se puede agarrar uno a un cargo cuando sólo le da dolores de cabeza y teniendo que defender una mentira tras otra provocada por terceras personas?

Son cuestiones que nadie entiende y son asuntos que, de desvelarse algún día, aclararían panoramas escondidos y sembraría de inocencia a los que están tragándose todos los sapos. Ahora mismo en el Recre no quedan inocentes. Porque esa inocencia inicial ha ido ensuciándose con el paso de los meses.

Los que tragan sin beber un buche de agua están a tiempo de limpiar su nombre y su conciencia. Si no hacen lo que todos están pidiendo, serán tan responsables como los que toman las decisiones y no dan la cara.

El Recreativo ha llegado a un punto en el que sólo la valentía de las decisiones le pueden salvar. Ya no queda hueco para la mentira. La gente ha explotado y se sienten tan juguete roto como el Decano. Y Huelva es pacífica, pero también tiene su límite y su carácter. O eso presuponemos. En dos años y medio se han podido hacer las cosas de otra manera. La situación siempre ha sido complicada y va a seguir siéndolo. Pero es inadmisible que nos tomen por tontos. Basta ya de vender como verdades las mentiras de otros. Inocentes no quedan. Sólo queda confesarse y rezar por todos los pecados cometidos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios