Análisis

manuel sánchez

El petróleo afianza su tendencia

El mercado de petróleo cerró 2020 con una reducción del precio medio de en torno a un 30% respecto a 2019. Una evolución que supone su mayor desplome desde 2015, cuando EEUU despuntó como productor gracias al fracking, en un entorno de debilidad de la demanda y repunte de la producción global.

Tras el impacto inicial de la pandemia, el mercado inició una gradual estabilización a partir del segundo semestre ante los recortes de producción de la OPEP+ y la mejora de las perspectivas de recuperación de su demanda, tras superar la primera ola del Covid-19.

Desde finales de 2020, las expectativas de que los planes de vacunación permitan a corto plazo una relajación de las restricciones de movilidad han impulsado los precios del crudo por encima de sus niveles pre-pandemia. Un factor que, junto a los ajustes de oferta de algunos países productores, ha contribuido a sostener los precios en máximos del último año.

Este repunte se ha acelerado recientemente ante la mejora de la situación epidemiológica y las perspectivas de que las principales economías, especialmente europeas, comiencen a reducir las restricciones. Además, se prevé que el tono expansivo de la política fiscal (principalmente en EEUU, donde se espera un nuevo paquete de ayudas de 1,9 billones de dólares) reactive la demanda. En este escenario, desde comienzos de año el petróleo se revaloriza en torno a un 25% respecto a 2020.

Esta coyuntura, unida al impacto temporal en la oferta de la ola de frío en Texas y Rusia, ha impulsado el petróleo por encima de 64 dólares por barril en el caso del Brent y de 61 dólares por barril en el WTI, precios que no se alcanzaban desde enero de 2020.

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